Las lluvias que cayeron desde este domingo llegaron justo a tiempo y trajeron alivio en amplias zonas productivas del país.
Con foco en el centro de Santa Fe (y también con muy buen caudal en Entre Ríos), las lluvias impactan positiva en la marcha de la campaña de trigo y mejoran el perfil hídrico para la siembra de maíz de primera. Y mejora el ánimo del productor.
Por ejemplo, a las 9 AM habían caído en 35 milímetros en Carcarañá; 50, en Bombal; 22, en Chabas; 26 en San Lorenzo; 29, en Venado, 42; en General Lagos 65, en Santo Tomé; Villa Cañas 34 y María Teresa; 43 milímetros, entre otros puntos de la provincia.
Una de las zonas en que menos precipitaciones se registraron fue en provincia de Buenos Aires, pero hay pronósticos de que el agua llegará en la próxima semana. También siguen las probabilidades de nuevas tormentas en Santa Fe.
La semana pasada, la Bolsa de Comercio de Rosario informó que el 70% de los suelos de la zona núcleo estaban en condiciones regulares o malas porque las lluvias eran menores de lo previsto
Esa falta de agua le venía quitando volumen a la campaña agrícola, sobre todo de cara a fin de año, cuando se cosecha el trigo.
No en vano, la Bolsa redujo en 5 millones de toneladas las proyecciones del trigo, que las dejaba en 14 millones de toneladas y con rendimientos de unos 7 quintales por hectáreas en zonas adonde se proyectaban los 20 quintales.
La falta de trigo impacta al alza en valor de la harina y la posibilidad de que haya menos maíz, que ya está impulsando hacia arriba los precios en el mercado, complica y encarece la alimentación de la hacienda y el ganado.
Este año, y de la peor manera por la histórica sequía, el país entendió la gravitación del campo en la economía argentina, tanto en ingreso de divisas como en motor de la industria y el comercio, y por eso importa el alivio que le trajo el agua hoy al agro.