Son evocadores de recuerdos, los órganos de los sentidos son sumamente importantes a la hora de alimentarnos como lo es la intrínseca calidad de los alimentos que debemos elegir para que nos aporten una nutrición adecuada.
La memoria sensorial es muy clarividente, sin ir más lejos el olfato es un excelente indicador de qué comida se nos va a presentar a la mesa.
Algo tan sencillo como poner interés en todos los sentidos hará que disfrutemos mucho más de cada bocado, de cada plato y, en definitiva, de cada comida:
1- Oído: vino y música se vuelven uno
La unión sonora, esa que une música y vino, es cada vez más habitual entre los aficionados a la gastronomía. Y es que escuchar una canción u otra puede influenciar en el sabor del vino que estamos tomando en ese momento. Cuando la relación es la acertada, la experiencia puede multiplicar la sensación de placer al beber una copa de vino. La próxima vez que abrás una botella de vino en casa, no lo dudés: poné tu playlist favorita y experimentá.
2- Vista y tacto: el dominio del azul
Es el color de moda en la gastronomía, de ahí que todos los cursos de fotografía recomienden este tipo de filtros si querés que tus comidas triunfen en las redes sociales. Y es que, el marketing cromático se utiliza mucho y convierte un plato en algo más o menos atractivo. De ahí que, cada vez más, aparezcan propuestas en las que se obliga al comensal a comer a ciegas o el propio diseño del local disminuye la luz para potenciar el resto de sentidos, como el tacto, al que no suele dársele un gran protagonismo en la cocina.
3- Gusto y olfato: sabores intensos, texturas crujientes
En 2018 ya empezó a sonar esta tendencia y, este año, se reafirma: lo crujiente (crunchy) está de moda. Los snacks deshidratados llenan los estantes de los supermercados, las papas, remolachas y batatas se presentan ahora como aperitivo.
Y, mientras nos gusta escuchar lo que comemos, no podemos olvidarnos de que el sabor, al fin y al cabo, es lo que marcará que nuestra experiencia sensorial sea completa y placentera. En cuanto a descubrimientos gastronómicos, la tendencia la marcan las combinaciones exóticas y los sabores fuertes. En definitiva, salir a comer es salir a descubrir culturas.
¡Comé y disfrutá con todos los sentidos!