Con la presencia de algún cuadro respiratorio a raíz de una patología concreta o una situación de alergia, la tos se hace presente como uno de los principales síntomas. A su vez, la misma se acrecienta durante la noche, en los momentos en que la persona está relajada y en posición horizontal.
La tos
Se trata de un acto reflejo protector, cuya función es expulsar los cuerpos extraños o secreciones que puedan irritar los bronquios, tráquea o laringe como impurezas, gases, el humo del tabaco, los gérmenes, el aire excesivamente frío o caliente o trozos de comida, entre otros.
Según los expertos, este síntoma no es motivo de alarma en la mayoría de los casos, especialmente si es aguda, es decir, menos de 4 semanas de duración. No obstante, puede ser muy molesta e impactar en gran medida en la calidad de la vida de quien lo padece.
Entre las causas más habituales de la tos aguda se encuentran las infecciones de las vías respiratorias altas, como los resfríos, la faringitis, la bronquitis aguda, también la neumonía, la reagudización de una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o el goteo postnasal, consecuencia, por ejemplo, de una sinusitis. Y entre las patologías que pueden derivar en tos crónica se halla la bronquitis crónica, el asma bronquial, el reflujo gastroesofágico (ERGE) y también el goteo postnasal. Igualmente, diversos tipos de alergias pueden provocar tos de distintas características.
Por qué se tose más de noche
La tos nocturna puede percibirse como más molesta o dar sensación de ser más intensa al encontrarse la persona en un periodo de descanso. También suele parecer que aumenta o va a peor, ya que la posición horizontal que se adopta al dormir lleva a que las vías aéreas superiores, como la faringe, se estrechen, y a que la secreción se acumule en el fondo de la garganta, pudiendo desencadenar un acceso de tos.
Este síntoma dificulta un descanso nocturno reparador, lo que puede mermar la capacidad de recuperación natural del organismo, especialmente cuando la tos es consecuencia de una enfermedad. Por tanto, la falta de un sueño reparador puede agravar, empeorar o cronificar esa dolencia.
Igualmente, la falta de sueño derivada de la tos constante durante la noche puede provocar disminución de la concentración e irritabilidad por el día, así como menor energía física, fatiga y alteraciones del comportamiento y de las emociones.
Existen factores ambientales, como la humedad del dormitorio, que pueden influir en la intensidad de la tos durante la noche.
Además, tanto las altas temperaturas propias del verano como el uso de la calefacción durante el invierno pueden provocar que la atmósfera de la habitación se reseque. En este caso, medidas como evitar la calefacción elevada y usar un humidificador en el dormitorio pueden contribuir a que la tos nocturna sea menos intensa.
Consejos para controlar la tos durante la noche:
-Mantener la humedad de la habitación, al menos, al 40%. Un ambiente seco irrita las vías respiratorias y agrava la tos. Consultar con un profesional de la salud sobre la posibilidad de utilizar humidificadores de vapor frío y, en invierno, no abusar de la calefacción.
-Elevar la cabecera de la cama. O, en su caso, de la cuna o cama de los niños. Esto facilitará el paso del aire por las vías aéreas y evitará el goteo postnasal. También puede usarse una doble almohada para incorporar levemente la cabeza.
-Realizar lavados nasales antes de acostarse. Lavar con suero fisiológico las fosas nasales puede ayudar a mitigar la tos y, por tanto, a facilitar el descanso.
-Comer caramelos de miel o hierbas para suavizar la garganta. En cambio, no recurrir al mentol ya que es un agente irritante.
-Beber al menos dos litros de agua al día. Este hábito permitirá mantener hidratadas y húmedas las vías respiratorias. Además, en caso de tos con expectoración, ayuda a hacer el moco más fluido y, por tanto, a expulsarlo con más facilidad. Además de agua, pueden tomarse jugos, caldos e infusiones. Resulta especialmente beneficioso que se haga antes de ir a dormir.
-En caso de un ataque de tos, respirar profundamente y tragar saliva. También puede beberse agua que no esté fría o, si es posible, una bebida caliente con una cucharada de miel.
-Evitar los espacios con humo.
-En caso de tos intensa, buscar ayuda profesional. Si la tos impide descansar y especialmente si hay síntomas como fiebre, dificultad para respirar o expectoración no transparente, puede ser necesario solicitar una cita con el médico de cabecera para que diagnostique adecuadamente y prescriba el tratamiento más conveniente. -Si se es alérgico, prestar atención a los alérgenos.
-En caso de padecer ERGE, controlarlo. La Enfermedad de Reflujo Gastroesofágico puede generar irritación en la garganta y tos, especialmente durante la noche. Además de acudir al médico para que ayude a controlarla, evitar los alimentos que provoquen ardor, como los ricos en grasas o los picantes. Fuente: EFE