Benjamin Gedan es director del Programa Latinoamericano del Instituto Wilson Center y director del Programa Argentina, un centro de estudio y elaboración de políticas públicas no partidario dedicado a abordar problemas globales a través de la investigación independiente y el diálogo abiertos entre los distintos sectores de la comunidad política. Este ex director de América del Sur en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca durante la presidencia de Barack Obama, pasó por Rosario esta semana interesado en observar los alcances del polo agroindustrial y el desarrollo de la tecnología vinculada al campo.
Si bien su recorrida incluyó a Uruguay y el resto del país, Gedan hizo hincapié en nuestra zona como “el motor económico del país” que genera “divisas y recursos” y permite afrontar la crisis alimentaria internacional en una hipotética alianza con su país. Calificó como “tibia” a la relación entre Estados Unidos y Argentina producto de la “falta de agenda” por parte del gobierno de Alberto Fernández. No descartó futuros entendimientos incluso durante una nueva gestión del peronismo ya que no se trata de “cuestiones partidarias” y hasta mencionó al ministro de Economía, Sergio Massa, o el actual embajador en Norteamérica, Jorge Argüello, como actores del oficialismo con quienes se podrían construir esa agenda. Además se mostró muy preocupado por el avance de China en la región, más que nada por los alcances del régimen y la falta de respeto de valores como los derechos humanos y la democracia.
El economista internacional y profesor adjunto en la Universidad Johns Hopkins conoce la realidad local ya que fue responsable en el Departamento de Estado de EE.UU. y cubrió América Central y el Caribe por parte del Departamento del Tesoro. Disertó en la Universidad del Centro Educativo Latinoamericano frente a un grupo de jóvenes y dirigentes, invitado por Cescos (Centro para el estudio de las sociedades abiertas) un thinktank independiente con sede en Montevideo.
Gedan habló a solas con Rosario3:
–¿Cómo ve la relación actual entre Argentina y los Estados Unidos?
–Hay mucha potencialidad, son países que tienen sistemas parecidos, comparten valores como la defensa de la democracia y derechos humanos. Siempre debe haber una relación eficaz y cercana.
Ambos países han estrechado la relación en ciertos momentos de la Historia; en otros hubo tensiones, choques, distancias y poco contacto. En este momento la relación es tibia, no hay tensiones ni choques ni desacuerdos, pero tampoco mucho contenido, ni muy ambiciosa. Y esto es lamentable porque tanto la defensa de los derechos humanos como frente a las crisis alimentaria y energética, hay muchas posibilidades de establecer vínculos para trabajar en conjunto. Sin embargo, no creo que hoy haya una relación muy sustancial.
–¿Parte de esa tibieza en la relación obedece al apoyo del gobierno argentino a regímenes como Nicaragua o Venezuela?
–Argentina tiene mucha credibilidad en materia de defensa de derechos humanos, su Historia así lo admite, pero hoy no se ve que haya mucho compromiso en la defensa de derechos humanos a nivel regional y global.
–Digamos que hoy la agenda es económica entre ambos países.
–Es que no hay agenda. En el gobierno argentino no hay política exterior, no hay ideas claras, no hay misión, no hay reconocimiento de la importancia de pensar la inserción del país en el mundo. No se reconoce la importancia de tener aliados. Y tiene que ver con los problemas económicos y también con los problemas internos dentro de la coalición gobernante en pos de intereses comunes.
Es que falta interés en tener una política exterior por parte de la Casa Rosada, no veo tipos que piensen en la política exterior. Eso es producto de una economía cerrada y de no contar con una visión clara sobre el rol de Argentina en el mundo.
–¿Ver un cambio de escenario político en la Argentina desde el año que viene ya sea con una fuerza opositora o con un candidato dentro de la misma coalición gobernante a través de figuras como la de Sergio Massa?
–Es importante tener en cuenta que EE.UU. puede tener relación con el peronismo, no importa el color político partidario. La cuestión es que el gobierno tenga interés en tener relaciones con los EE.UU., una visión global, esté abierto a inversiones y a los mercados, respetar valores compartidos y que estén dispuestos a defenderlos.
No digo que hay que hacer lo que quiere EE.UU., sino establecer una agenda compartida. Es importante de decir que gente como Massa, el embajador (argentino en EE.UU, Jorge) Argüello y muchos otros, como gobernadores y dirigentes de otras fuerzas reconocen la importancia y fortaleza de una alianza con mi país. Veo la posibilidad de tener otro tipo de relación, más activa y cercana. Y no significa que no pueda tenerse con el peronismo en el gobierno.
El interés por Rosario
–Usted mostró interés en visitar a ésta región y al núcleo agroindustrial exportador de Rosario...
–Para entender a un país tan grande como Argentina hay que salir de la Capital pese a su densidad población y la concentración de la agenda de los grandes medios de comunicación. Más allá de que "Dios atiende en Buenos Aires", como dice el dicho popular, es un país federal y con núcleos económicos más importantes.
El agro es el sector más importante del país, con capacidad de generar moneda dura y recursos para el gobierno, afrontar la crisis alimentaria mundial y en alianza con EE.UU. se podría generar más producción, disminuir la inflación, y más en este momento con la guerra entre Ucrania y Rusia. Es un sector con un avanzado desarrollo tecnológico, ya no es el campo de los abuelos, con una agenda en biotecnología y una, visión muy similar a la nuestra.
–¿Qué fue lo que más le impactó?
–Argentina se piensa desde el campo, es otro mundo, muy atractivo, es la parte del país que produce la riqueza, las exportaciones, es el motor económico, lo que da más relevancia al país. Es un placer hablar con los que producen, saber sobre sus necesidades y sus desafíos, conocer alcances de la sequía, conocer de la tecnología muy avanzada que se está desarrollando, ver empresas muy dinámicas como Bioceres, entender la capacitación de los jóvenes y observar cómo los barcos pasan delante de la ciudad con los contenedores que llevan producción al mundo.
–¿Ve al litio como otra posibilidad de relación económica entre ambos países?
–Es muy importante. Estuve en los salares de Jujuy, en las piletas de litio, viendo las inversiones chinas y observando cómo empresas como Tesla o GM pueden abastecer sus necesidades con el litio y poder desarrollar esas industria verdes.
China, una presidenta, Obama
–¿Cómo ve EE.UU. la presencia china en Latinoamérica?
–Es incómodo. EE.UU. se acostumbró a ser el socio natural, automático y estratégico de Latinoamérica por su historia, lazos comerciales, migraciones, el tamaño de su economía, por tratados comerciales. EE.UU. nunca pensaba que iba a tener que competir con otro poder en las Américas. No es fácil cambiar su postura, de entender la región y darse cuenta que no es el único actor de poder.
Hay otras preocupaciones que van más allá de la presencia de otro país en la región que pueda sacar oportunidades comerciales. Y tiene que ver con el tipo de régimen de China y sus rasgos de gobierno. China es un país muy represivo, sin respeto para los derechos humanos, que destruyó la democracia en Hong Kong y está dispuesto a hacer algo parecido en Taiwán. Es un país que explícitamente no está exportando su régimen político, pero sí manda equipos técnicos a los gobiernos más represivos de Latinoamérica para que sea más fácil imponer sus reglas a la oposición política y democrática.
–¿Qué sucede con las posibles salidas por extremos tanto de derecha e izquierda que buscan nuestros países?
–Las democracias latinoamericanas están atravesando momentos difíciles y complicados, y me cuesta pensar que la solución vengan de los extremos. La solución debe venir por tipos más moderados, pragmáticos, que quieren consensuar, ver la posibilidad de armados nacionales, que vean a la oposición como otros que opinan diferente y no como enemigos, esos son los que pueden dar una respuesta adecuada.
–¿EE.UU. está en condiciones de tener una presidenta de la Nación?
–El país está listo para ello y los votantes también para elegir a una mujer como presidenta. Hay muchas opciones en ambos partidos para que haya candidatas a la presidencia, senadoras con mucha experiencia y conocimiento. Tenemos la primera vice mujer y necesitamos más mujeres. El Congreso no tiene igualdad de género, hay todavía brecha salarial en el país, hay mucho que hacer para dar respuestas a esas desigualdades.
–Usted fue funcionario de Obama, ¿el ex presidente está retirado de la política?
–Ya se jubiló de la política. Pero es muy activo, capacita a jóvenes referentes de su partido para que participen de las elecciones, incluso está haciendo campaña. Es una persona muy comprometida con la defensa de nuestra democracia.