La investigación del oscuro homicidio de Matías Lautaro Reynoso, quien fue ejecutado en Villa Gobernador Gálvez en julio del año pasado, tuvo un avance este miércoles con la imputación por encubrimiento a un joven que, según la Fiscalía, recibió un celular sustraído de la escena del crimen.
El imputado es Javier Martín Fuentes (26 años). Se trata del joven que el pasado viernes fue trasladado a la comisaría 10ª tras ser demorado por efectivos del Comando Radioeléctrico (CRE) en Nuevo Alberdi.
En la seccional, familiares del arrestado se presentaron dispuestos a pagar para que lo liberaran. Cuatro policías del CRE terminaron detenidos por extorsión, ya que recibieron el dinero para no informar el pedido de captura vigente desde fines de noviembre, pero el complot fue descubierto.
La imputación del fiscal Adrián Spelta ubica a Javier Fuentes como quien recibió –a sabiendas de su procedencia ilícita– un teléfono celular Motorola E20 que le fue robado a una persona que fue testigo del asesinato de Reynoso, cometido en la noche del 11 de julio de 2022 en pasaje Derechos Humanos al 635 por un grupo comando que entró a la casa sin forzar los ingresos y lo mató de un tiro en la cabeza.
Esa misma noche, poco después de cometido el crimen, la conexión de datos móviles perteneciente a ese teléfono robado impactó en el extremo norte de Rosario, en la zona de los barrios Nuevo Alberdi y Cristalería, donde vive Javier F. Esa señal, dijo el fiscal Spelta, se mantuvo en ese sitio hasta el día 19 de julio, es decir, unos 8 días, hasta que el aparato fue vendido.
La empresa de telefonía informó a la Fiscalía que al menos desde el 15 al 19 de julio el Motorola E20 tuvo inserto un chip con una línea a nombre de Javier Fuentes. Esa fue una de las evidencias de mayor peso para atribuirle el delito de encubrimiento agravado por el delito especialmente grave, en grado de consumado y en carácter de autor a Javier F. La jueza Verónica Silvana Lamas González resolvió dictarle prisión preventiva por el plazo de ley.
Una particularidad del caso es que el teléfono en cuestión pertenecía al otro imputado en la causa, Francisco Bertoni (23), que era un supuesto amigo de Reynoso que fue testigo del crimen, ya que se encontraba en la vivienda de pasaje Derechos Humanos al 600 cuando ingresaron los sicarios.
Bertoni fue imputado también por encubrimiento agravado unos días después del homicidio. La Fiscalía lo acusó de haber alterado la escena del crimen y haber retirado elementos, sin siquiera haber llamado al 911 para informar el ataque. Desde entonces, continúa detenido con prórroga de prisión preventiva.