Mientras avanza la investigación de la feroz balacera con saldo fatal del sábado a la noche en barrio Ludueña, todo indica que el joven asesinado no era el blanco del ataque sino que, al igual que otras personas que resultaron heridas, quedó en medio del ataque a tiros.
A Esteban Fernando Cuenca le decían Chuchu, tenía 30 años y era muy querido en el barrio, sobre todo en la comunidad del club Defensores Unidos, que integraba con pasión junto a amigos y compañeros de fútbol.
En las últimas horas, sus perfiles en redes sociales se poblaron de mensajes que con dolor lo recordaron como “una persona excelente” y sin poder creer su fatal destino.
“Una persona excelente, el mejor amigo que me pudo dar el fútbol, loco por qué a vos, Chuchu, la verdad no caigo. Este mundo de mierda en el que vivimos. Siempre te voy a recordar con las mejores. QEPD amigo, hasta siempre”, lo despidió un mensaje.
Otro le expresó: “Defen te va a extrañar... como me decías, los colores de Defen se llevan dentro y así es... por eso el club y toda su gente te va a recordar”. Y en esa misma línea futbolera un ex compañero le escribió: “Descansa en paz y fue un gusto poder jugar a tu lado y en contra también”.
“Las canchas te van a extrañar y nosotros también. El Defe está de luto”, señala otro mensaje en las redes de Chuchu, mientras que otro le dedica un video con un gol de su amado club de barrio y le expresa: “Siempre fuiste el fan número uno y hoy ya no estás más, esto y mucho más que se viene para el club va a ser todo dedicado a vos, hermano”.
Esteban Cuenca murió luego de recibir un tiro en el pecho y otro en la ingle cuando se desató una balacera por una disputa narco el sábado al atardecer, cerca de las 19.30, en zona de Vélez Sarsfield y Magallanes.