Cómo explicar la pasión por un género cinematográfico en un libro. Cómo plasmar las charlas de dos periodistas con carnet de críticas que, puestas a hablar de la comedia romántica, se traban en un diálogo que tiene indefinidas comas y en el que parece imposible colgar el cartelito de “fin”.
Las periodistas son Natalia Trzenko y María Fernanda Mugica, y el "cómo" fue editado el último mayo. Se trata de Amar como en el cine, incluido por Paidós en la colección Cine Pop.
El libro es "una guía" en la que se organizan una “brevísima historia del género”, con la screwball comedy como punto de partida para enhebrar desde grandes producciones de las décadas del ’30 y ’40 hasta los “quiebres” que implicaron los ’60,’70 y ‘90.
El estreno de Cuando Harry conoció a Sally hizo un llamado de atención. Como un «ah, bueno», es un género que tal vez sea tratado como menor, pero (también) puede ser una gran película
"La estructura de la comedia romántica” –del nacimiento del amor al final feliz–, una serie de “características particulares” y una “filmografía” que trasciende Hollywood (por ello la colección remite a la etiqueta Cine Pop) para incluir series y programas de televisión, también se cuentan entre los capítulos.
En un diálogo telefónico “a tres voces” con Rosario3.com, las autoras de Amar como en el cine advirtieron que el libro "no es un mero listado, sino una invitación a recordar películas ya vistas, recuperarlas desde otro lugar y sumar nuevos títulos.”
De este modo, las "comediólogas" proponen abordar el género de una manera “no académica”, propia y “con muchas ideas” para que quienes disfrutan del cine -más allá de si se tiene o no algún conocimiento teórico previo- "puedan sentirse acompañados en ese camino de ver comedias románticas.”
Spoiler alert: la mejor comedia romántica es Cuando Harry conoció a Sally
El estreno de Cuando Harry conoció a Sally, protagonizada por Meg Ryan y Billy Cristal, y con guión de Nora Ephron y Rob Rainer, marcó para las autoras una suerte de “quiebre” en la historia reciente de la comedia romántica y en cómo era vista dentro de la industria.
“Hizo un llamado de atención –señaló María Fernanda Mugica-. Como un «ah, bueno», es un género que tal vez sea tratado como menor, pero (también) puede ser una gran película.”
Y, el éxito comercial, tal como destacó la también cineasta, hizo que otras comedias románticas buscaran “copiar la fórmula”, aunque, en numerosos casos, “sin personajes bien desarrollados ni diálogos ingeniosos.”
Hollywood y la persistencia de estereotipos
Si bien los ejemplos de comedias románticas que rompen con la heteronormatividad y con los estereotipos de género van en aumento, no ocurre lo mismo con las producciones destinadas al público masivo. Una realidad que, para las autoras, resulta “paradójica”.
Los personajes de Katharine Hepburn no eran mujeres que se dejaran subyugar o ser juzgadas por su aspecto, como sucede ahora con muchas de las comedias románticas de los últimos 20 años
En tal sentido, distinguen las caracterizaciones de personajes femeninos de las décadas de ’30 y el ’40 con las “heroínas” más recientes.
“Los personajes de Katharine Hepburn no eran mujeres que se dejaran subyugar o ser juzgadas por su aspecto, como sucede ahora con muchas de las comedias románticas de los últimos 20 años”, señaló Natalia Trzenko.
“Esos personajes femeninos -abundó Fernanda-, deciden sobre su propio destino y las películas no las juzgan por eso. Ahora tenemos personajes que parecen modelos. O sea, tienen ese tipo de belleza de lo que hoy se acepta para una revista pero son tremendamente inseguras."
Para estas nuevas heroínas, a diferencia de sus predecesoras, “el amor es a lo único a lo que podés aspirar.”
La otra diferencia que marcaron las entrevistadas está en “el humor” que se desarrolla a partir de los “traumas, fallas o huecos emocionales” de los personajes femeninos.
“Hay un punto en el que te empezás a preguntar si no nos estamos riendo de ellas (en vez de con ellas). Y ahí todo el objetivo de la comedia romántica se desarma. Por supuesto que estamos hablando de las comedias románticas que no están bien hechas y en las que no están trabajados los personajes”, reclamó Mugica.
«Amar como en el cine» porque se trata de esa ilusión, de esa emoción que nos producen las películas. Sabemos que no es el amor como en la vida real, es el amor como es en el cine y eso es lo que resume para nosotras la comedia romántica
Hay presente y futuro
Más allá de la “crisis” que se plantea desde el cine más masivo, el dato alentador es que en los márgenes de la industria-que-quiere-taquilla, hay una intensa producción independiente dedicada a la comedia romántica “bien hecha”. Lo mismo ocurre con producciones europeas y asiáticas.
En el libro, las autoras destacan que series y programas de televisión "han tomado la posta” del género.
Y por qué Amar como en el cine
“Es un poco la idea de que estas películas nos emocionan tanto que hacemos una catarsis sentimental con las propias películas. Entonces, eso se traslada: un poco se retroalimenta la vida real con el cine y el cine, con la vida real”, apuntó Mugica.
“En Sintonía de amor (Nora Ephron,1993), la mejor amiga (Rosie O’Donnell) de la protagonista (Meg Ryan) le dice «vos no querés estar enamorada, vos querés estar enamorada como en las películas». explicó Trzenko.
"Y esa sentencia, que es un hallazgo del guión, tiene que ver con Amar como en el cine porque se trata de esa ilusión, de esa emoción que nos producen las películas. Sabemos que no es el amor como en la vida real, es el amor como es en el cine y eso es lo que resume para nosotras la comedia romántica”.