El represor Luis Patti, condenado en dos oportunidades a cadena perpetua por delitos de lesa humanidad, obtuvo el arresto domiciliario en un country de Escobar en función de su estado de salud, en un fallo firmado por el juez Otmar Paulucci, integrante del Tribunal Oral Federal Número 2 de Rosario. Eso generó un amplio repudio de los organismos de Derechos Humanos, encabezados por Madres de Plaza de Mayo, y de familiares de las víctimas del ex comisario.
El nieto recuperado Manuel Gonçalves Miranda, hijo del militante de
La decisión del magistrado, que contó con el repudio de Abuelas de Plaza de Mayo, no se encuentra suficientemente fundada para Gonçalves Miranda, quien recordó que anteriores oportunidades hubo peritos que objetaron la posibilidad de que Patti cumpla lo que le queda de condena en un domicilio particular.
“Es un fallo penoso e indignante que
“Las querellas no fueron consultadas. Patti, además de un asesino es un fabulador y tiene 66 años y antes de ser detenido era una persona muy activa al punto de que llegó a correr un rally. El juez tomó esta resolución después de haberlo visto, así, sin más. Es algo muy doloroso”, subrayó.
El magistrado dispuso que el ex policía cumpla arresto en su domicilio del barrio privado "Septiembre Country Club", ubicado en la localidad de bonaerense de Escobar, donde el represor ejerció como intendente durante los años '90.
“Hay mucha gente que vive en Escobar y que denunció a Patti cuando era intendente y la pasó bastante mal. Personas que durante años fueron amedrentadas. Me pregunto si alguien los va a proteger ahora. Los restos de mi viejo los identificamos en el cementerio de Escobar en 1996, cuando él estaba al frente del Municipio. Puedo asegurar que eso no fue fácil”, recordó Manuel.
Los padres de este nieto, el número 57 en recuperar su identidad, es hijo de Gastón Gonçalves y Ana María Miranda, militantes de Montoneros.
En 1975, la pareja había sido secuestrada por efectivos de
El 24 de marzo de 1976, Gastón, de 26 años, es secuestrado en un operativo conjunto efectuado por militares y policías en Zárate, y en el que participó Patti, que entonces era un joven oficial inspector de la bonaerense.
Pocos días después, el cuerpo de Gastón apareció quemado en el Río Luján y sus restos fueron depositados en una fosa común en el cementerio de Escobar.
Ana María tenía 23 años y cursaba el quinto mes de embarazo cuando su pareja desapareció y decidió mudarse a San Nicolás, en el norte de la provincia de Buenos Aires, junto con la familia Amestoy Fetolini.
En noviembre de ese año, y cuando Manuel tenía sólo cinco meses, más de 40 agentes irrumpieron a sangre y fuego en el domicilio de los Amestoy Fetolini, ubicado en Juan B. Justo 676.
En medio de la balacera, Ana María escondió al pequeño Manuel en un ropero, donde los represores lo hallaron tras acribillar a todos los adultos que se encontraban en esa vivienda.
Semiasfixiado, Manuel fue llevado a un hospital donde quedó en custodia de
En un procedimiento plagado de irregularidades, un juez de menores de la ciudad entregó al hijo de Ana María Granada al matrimonio que integraban Luis Novoa y Elena Rodríguez.
Manuel fue anotado con el nombre de Claudio Novoa, y recién en 1995 logró recuperar su identidad y conocer a su hermano Gastón, hijo de una pareja anterior que había formado su padre y que años más tarde se convirtió en bajista de la banda Los Pericos.
Tras las derogaciones de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, los hermanos se presentaron como querellantes en las distintas investigaciones que se llevaron a cabo para determinar cómo fueron asesinados sus padres.