Desde que llegaron al poblado de Galo Velho, en el estado brasileño de Rondonia, Eidi y Romildo siempre tuvieron miedo de que las llamas pudieran llegar a su casa.

Hace dos semanas, el mayor temor de la pareja se hizo realidad, y ambos murieron, según informa la BBC.

Una casa de madera cubierta por lona y paja era la mayor conquista de Eidi Rodrigues de Lima, una ama de casa de 36 años, y su compañero Romildo Schmidt, agricultor de 39.

La pareja vivía desde hace tres años en este asentamiento de Machadinho D’Oeste, una zona rural a poco más de 350 kilómetros de la capital de Rondonia, Porto Velho.

Allí compraron un terreno y construyeron la que fue su primera residencia, a donde se trasladaron con sus tres hijas de 19, 18 y 13 años.

Su principal preocupación, sin embargo, eran los incendios que afectan a la región, especialmente durante la estación seca.

En los asentamientos rurales de esta zona, según los vecinos, es habitual que los pequeños agricultores prendan fuego a la maleza para renovar el pasto y ampliar las áreas agrícolas.

“Todos los años hubo problemas por los fuegos provocados en la zona para limpiar los terrenos. Pero mi madre y mi padrastro nunca se vieron afectados por eso”, dice Jeigislaine, la segunda hija de Eidi.

El pasado 13 de agosto, en cambio, vieron cómo las llamas llegaban hasta su casa. Cuando intentaban escapar del fuego, murieron.

“El fuego se propagó muy rápido porque había mucho viento. No dio tiempo a que salieran de allí. Fue muy triste”, le dijo Jegislaine a BBC News Brasil.

Sus muertes son ejemplos trágicos de las consecuencias de la quema de bosques en Brasil. En lo que va de 2019, el país ha registrado un número récord de incendios en los últimos siete años.

Según los datos del Instituto Nacional de Investigación Espacial brasileño, hasta este martes 27 de agosto había 82.200 focos de incendio en todo el país: un 80% más que los registrados del año pasado.

La historia de la pareja

Romildo conoció a Eidi poco después de que ella llegara a Rondonia tras separarse de su marido y mudarse junto a sus dos hijas pequeñas para comenzar una nueva vida.

Los familiares cuentan que ambos se enamoraron y comenzaron su relación, de la que nació la única hija en común de la pareja.

Ahorraron durante una década y consiguieron una propiedad en el municipio Machadinho D’Oeste. Para ellos, era el comienzo del sueño de convertirse en dueños de su propia tierra.

Allí, la pareja tenía pequeñas plantaciones y criaba cerdos y gallinas. Quería ampliar la casa, por lo que reunió un dinero para comprar materiales.

Uno de sus objetivos era cambiar el techo de paja y lona. “Habían comprado muchas tejas y listones de madera hacía poco tiempo”, recuerda Jeigislaine.

Los vecinos le dijeron a la Policía Civil que Eidi y Romildo siempre evitaban salir durante el período en que los incendios eran más frecuentes. No querían estar lejos para tratar de proteger su casa de un posible incendio.

“La gente hace esfuerzos conjuntos para apagar los fuegos, usan agua, dejan los alrededores de la propiedad solo con tierra para que el fuego no se propague… Durante esta época de incendios, hacen todo lo posible para no perder lo poco que tienen”, dice Celso André Kondageski, jefe de policía de la comisaría de Machadinho D’Oeste.

El incendio fatal

Según testigos, el incendio que azotó la zona donde vivían Eidi y Romildo comenzó alrededor de las 13 del 13 de agosto. El poblado se encuentra en una zona deforestada de la selva amazónica, por lo que las llamas generalmente se propagan más rápido.

Los vecinos grabaron videos que muestran la destrucción y en los que se ve cómo el fuego alcanzó gran altura y se apoderó del área.

Eidi y Romildo se preocuparon por las llamas. Las hijas mayores ya no viven en la casa, y la pequeña estaba en la escuela. Algunos testigos cuentan que su primera preocupación fue guardar la madera y las tejas que acababan de comprar.

El incendio se aproximaba a la parte trasera de la finca de la pareja. Pero algo empeoró aún más la situación: comenzó un nuevo fuego frente a su terreno.

“Alguien debe haber aprovechado las llamas de aquel momento para prender fuego también, pensando que ninguna propiedad sería afectada. Ese otro incendio empeoró la situación”, dice una testigo.

Según los primeros indicios, aquel inesperado segundo incendio sorprendió a Eidi y Romildo, quienes hasta ese momento pensaban abandonar su propiedad por la zona delantera, en dirección opuesta al incendio principal.

“No tenían hacia dónde correr, porque el fuego lo invadió todo rápidamente”, dice Jeigislaine, según le relataron varios vecinos de su madre.

El incendio consumió, según testigos, unas 43 hectáreas. La propiedad de Eidi y Romildo quedó completamente destruida. Varios animales también fueron alcanzados por las llamas y murieron carbonizados.

Los vecinos cuentan que los bomberos no acudieron al lugar aquel mismo día.

En la tarde del día 14 de agosto, los cuerpos de Eidi y Romildo fueron encontrados carbonizados en la parte exterior de su propiedad. Desde la noche anterior, estaban considerados desaparecidos. Fueron las únicas víctimas fatales de este incendio.

Sus cadáveres estaban juntos, a unos 100 metros de distancia de su casa. Para algunos, ellos murieron abrazados. Sin embargo, Jegislaine cree que su padrastro estaba cargando a su madre.