La parroquia que lidera el padre Daniel Siñeriz ya sufrió siete robos en los últimos meses. El cura, que además es columnista de Radio 2, describió con precisión y crudeza la situación que viven los habitantes del barrio en el que se levanta la capilla San Joaquín y Santa Ana, en el noroeste de Rosario. Dijo que ya no sabe si hacer las denuncias o no porque “cuantas más realizamos, más se afirma el vandalismo”. Y denunció que “en muchos barrios de Rosario los grupos narcos crean Estados paralelos que organizan el control y la manipulación de la comunidad”.
“Nos hace falta control humano; nos hace falta que alguien controle esta situación porque está totalmente desbordada”, describió el padre Siñeriz en el programa Radiópolis (Radio 2).
“Nosotros en el barrio no conocemos lo que es el control urbano, mucho menos en el horario nocturno. Y también pensamos que alguien debe controlar a los que controlan, porque cuantas más denuncias realizamos, más se afirma el vandalismo”, aseguró. Ante esta coyuntura, confió: “Yo ya no sé qué hacer, si firmar denuncias o no”.
El cura pidió algo básico, como es el alumbrado público: “Nos falta luz en las calles, cuando baja el sol, es una oscuridad total. Nos dicen que las lámparas funcionan, pero que están conectadas a un cable que no tiene energía. Esto ya lleva meses y es increíble que no se pueda solucionar”, se quejó.
Luego aclaró que “la EPE ha hecho un trabajo extraordinario en el barrio, pero no sé por qué ese cable no se conecta”.
“Conocemos a los que nos roban”
El padre Siñeriz afirmó que conoce a las personas que asaltan su parroquia: “La gente que nos roba es del barrio, los conocemos”, advirtió. “La gente que nos roba es gente a la que hemos servido, en la capilla siempre han encontrado lo que necesitaban. De hecho, hasta hemos velado personas muertas en balaceras en la capilla”, agregó.
“Estamos reclamando por el funcionamiento de una escuela en el barrio, que estaba avanzada hasta el año pasado, ahora parece que no es prioridad. Entonces la educación no parece una política de Estado, parece política partidaria”, indicó.
Y añadió: “No tenemos escuela en el barrio; cientos de pibes cruzan todos los días la ruta 34 para ir a la escuela, que está del otro lado”. Y añadió que “el barrio está estigmatizado; aparecemos en las noticias policiales, pero no aparecen las necesidades y los reclamos que tenemos en el barrio”.
“Yo voy a seguir pidiendo por todas las cosas que nos han prometido todos los políticos que han venido al barrio”, sentenció el sacerdote.
Y contó que “este sábado a las 6 de la tarde vamos a celebrar la vida con una misa, vamos a abrazar al barrio como señal de vida y va a estar el arzobispo, que nos visitó tres robos atrás”.
El “control narco”
Por último, el padre Daniel Siñeriz hizo un grave diagnóstico de lo que pasa en los márgenes de la ciudad: “Me parece que lo que sucede en el barrio es lo que pasa en muchos barrios de Rosario; hay una cuestión de fondo donde los grupos narcos son los que organizan la seguridad, la salud, les brindan cosas a la gente, crean un Estado paralelo. Y para crear ese Estado paralelo, tienen que destruir lo que hay; los clubes de barrio, las escuelas”, aseguró.
“Destruyen esos espacios de vida para monopolizar el control y la manipulación de toda la comunidad”, finalizó.