A contramano de lo que sucede con Manuel Belgrano o José de San Martín e incluso Juan José Castelli, la historiografía no fue muy amable con Martín Miguel de Güemes. Bartolomé Mitre lo llamó “caudillo menor” y “centinela fronterizo” y José María Paz lo describió en sus memorias como “un gangoso mal aspectado”. Pero hubo otras voces que intentaron rescatar al salteño que soñaba con la Patria Grande y que desde el 2016 fue reconocido héroe nacional. Este jueves se cumplen 200 años de su muerte. Fue el único de los grandes próceres argentinos que murió en combate.
Para saldar la deuda histórica con el general que comandó la Guerra gaucha, el periodista Alejandro Tarruella, recientemente publicó “Güemes. El héroe postergado”. que relata su acción en favor de la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y su prédica por lograr una Patria Grande latinoamericana.
El libro es una buena entrada a la vida de Güemes para quienes no la conocen. Usando la metodología de la guerra de guerrillas, aquel “gangoso mal aspectado” del que se burlaba Paz, detuvo a las invasiones realistas que llegaban desde el Alto Perú con una milicia formada por gauchos y nativos de la tierra y fue una figura clave en los planes del general José de San Martín. Sin embargo, su muerte prematura a los 36 años, le trajo algunos problemas al Libertador. Falleció tras recibir un balazo defendiendo a la ciudad de Salta el 17 de junio de 1821.
“La historia oficial no le perdona a Güemes que luchase por la Patria Grande, por conservar los territorios del Alto Perú. Bartolomé Mitre representaba el centralismo porteño, la idea de un país que abarcase la provincia de Buenos Aires y el Uruguay, que viviese de las rentas de la Aduana”, analiza Tarruella y describe el procedimiento por el cual la mayor parte de la historiografía argentina “invisibilizó o le bajó el crédito” al militar que detuvo cinco veces a los realistas en la frontera Norte del territorio del entonces Virreinato.
La otra gran hazaña que narra “Güemes. El héroe postergado” es el protagonismo del salteño en la batalla de Suipacha, la primera que ganaron los patriotas tras la Revolución de Mayo: “Castelli llegó al Norte con la idea de recortar el territorio. Entonces cuando Güemes pelea en Suipacha, él estaba a 100 kilómetros del lugar. Pero lo manda a Salta y se adjudica el triunfo”.
A la vez que resalta el enfrentamiento del general salteño con el “orador de la Revolución de Mayo”, Tarruella destaca la importancia que iba a tener en el plan emancipador que ideó José de San Martín que consistía en un mecanismos de pinzas mediante el cual él llegaría a Lima para darles batalla a los realistas desde Chile y Güemes avanzaría hacia allí por el Alto Perú: “Su muerte prematura a los 36 años le crea a San Martín un serio problema porque debió llegar solo a Lima para enfrentarse con los realistas y liberarla”, sintetiza el autor. “Pero San Martín, Belgrano y Güemes estaban consustanciados en la misma lucha por la independencia”.