Quienes hayan intentado tomarse la línea Q en las últimas semanas, seguramente se toparon con la imposibilidad de encontrar el servicio activo. Es que a cinco años de su puesta en funcionamiento los trolebuses rusos que se compraron para hacer el recorrido desde el extremo sudoeste de Rosario hasta la Ciudad Universitaria, presentan fallas que impiden cumplir con una parte del trayecto.
“Tenemos un inconveniente técnico con estas unidades que tienen batería para prestar el recorrido fuera de la catenaria. El sistema detecta que las baterías están a una temperatura límite de 39ºC y se pone en modo de protección lo que hace que el trolebús circule a 10 km/h”, explicó en El Contestador (Radio 2), el presidente de la empresa estatal Movi, Alejandro Gentile.
De esta manera, las unidades solo pueden cumplir la mitad de su recorrido que es el que hacen por el centro de la ciudad enganchados a la catenaria, como la línea K. Pero al momento de llegar a calle San Juan y Francia, cuando se tienen que desenganchar del cableado y empezar el trayecto autónomo hacia la zona sudoeste, los equipos fallan.
“Si bien estos problemas ahora se agravaron por las altas temperaturas, no son nuevos. Al año siguiente de que empezó a funcionar la línea Q (2018), ya habíamos empezado a detectar el inconveniente. Vinieron los técnicos rusos, hicieron una serie de intervenciones que habían permitido mejorar el sistema”, recordó Gentile.
Lo cierto es que el problema no se pudo resolver y desde el 2020 se agrava todavía más porque la empresa Trolza, que le vendió estas unidades a Rosario, cerró sus puertas por lo que los trolebuses se quedaron sin servicio técnico y también sin la posibilidad de reclamar por las fallas.
Según explicó Gentile, en estos cinco años ya hicieron distintos tipos de pruebas pero nunca lograron resolver el problema. “Se mejoraron los forzadores, se puso un sistema de refrigeración de mayor potencia, nada ha tenido una respuesta satisfactoria. Las baterias tienen unos cinco años y medio de vida útil y a medida que va pasando el tiempo se van deteriorando más”, detalló.
Por esto, y para darle más previsibilidad a los usuarios del Transporte Urbano de Pasajeros, desde el municipio informaron que momentáneamente la línea Q quedará fuera de funcionamiento.
“Las unidades que actualmente funcionan en la línea Q y que circulan de forma correcta al estar conectadas a las catenarias, pasarán a prestar servicios a la línea K, renovando y ampliando su flota. En tanto, para cubrir el servicio hacia el sudoeste, se mejorará la frecuencia de la línea 127, que toma prácticamente toda la extensión de avenida Francia, de Mendoza hasta Circunvalación, tal como lo hacía la Q, conectando con el centro”, detallaron en el comunicado.
Compra fallida
Tras la adquisición de los doce trolebuses con baterías para poder hacer recorridos autónomos, se plantearon desde la oposición algunos reclamos relacionados al costo de estas unidades. De acuerdo a los datos publicados en 2017, la inversión total del Ente de la Movilidad fue de 4.104.000 dólares, es decir, 342 mil dólares por unidad.
El monto era mucho más alto que el invertido apenas un año antes por las empresas La Mixta y Semtur (hoy fusionadas en Movi) para la compra de colectivos gasoleros que se sumaron a sus líneas. Para 38 unidades 0 KM gastaron 8,4 millones de dólares (221.000 dólares por unidad).
"Los coches son más caros pero tienen más vida útil que un colectivo común. Por un lado tiene un costo mayor, pero es una tecnología más sostenible al no utilizar gasoil y tiene menor contaminación local con mayor confort a la hora de viajar", había explicado en su momento la por entonces secretaria de Transporte y Movilidad de Rosario, Mónica Alvarado.