En días que la campaña de vacunación avanza con personas menores a 30 años, la inscripción en el segmento más joven se encuentra muy por debajo de la media. Mientras que algunas franjas alcanzan niveles superiores al 90%, en la que va entre los 20 y 29 apenas se inscribió el 58%.
Los porcentajes surgen de cruzar el padrón de inscriptos a la campaña provincial y las proyecciones ofrecidas por el Indec para el año en curso. Hasta hoy, 2.032.293 santafesinos ya volcaron sus datos en el sitio web oficial, de los cuales casi el 80% ya recibió al menos la primera dosis.
Al tiempo que el gobierno nacional sigue anunciando la llegada de nuevos vuelos -lo que garantiza la continuidad a buen ritmo de las inoculaciones-, el problema se centra ahora en el bajo nivel de inscripción que presentan las personas a las que debería tocarle su turno. Del poco más de medio millón de santafesinos que se calcula tienen actualmente entre 20 y 29 años, apenas se inscribió el 58%: unos 310.000.
Tal como se desprende del gráfico, las franjas etarias que mayor nivel de inscripción registran son las de 60-69 y 70-79, ambas por arriba del 90%. Si bien la franja de 90-99 -así como la de los mayores a 100- también presenta un porcentaje bajo (59% y 22%), tiene baja incidencia porque entre ambas representan menos del 1% de la población. En cambio, la de 20-30 sí enciende luces de alarma puesto que allí se ubica el 15% de los habitantes de la provincia.
Para las autoridades no existe un motivo único que explique la baja adhesión en los segmentos más jóvenes respecto a otras franjas. “Hay varias cosas para el análisis”, afirmó en diálogo con Rosario3 Sebastián Torres -coordinador de Abordajes Territoriales del Ministerio de Salud provincial-, quien destacó que “mucha gente no pensó que le iba a llegar el turno tan rápido”.
Lo planteado por el funcionario es el argumento principal que esgrimió Román, uno de los integrantes del segmento sub 30 que aún no dejó sus datos en la web de la campaña. “Calculaba que me iba a tocar para el año que viene, entonces se me pasó”, dijo ante la consulta de este medio, al tiempo que también esgrimió que es bastante esquivo a los pinchazos, por lo que no pierde las esperanzas que llegue una píldora como alternativa a la vacuna (por ejemplo, la que está desarrollando el laboratorio Pfizer).
“Otro grupo de personas no se inscribió porque de alguna manera han visto la pandemia más de lejos que de cerca”, continuó Torres, quien recordó que mayoritariamente los casos más graves -sobretodo durante 2020- tuvieron como protagonistas a mayores de 60 años. La segunda ola, sin embargo, perforó ese piso.
Andrés, otro joven entrevistado, forma parte de ese grupo: “He visto casos de personas que se vacunaron que la pasaron peor que yo teniendo coronavirus”, comentó, para luego aclara que “no creo que no funcione la vacuna, pero creo que está en un estado de prueba que aún no me da confianza”.
El argumento de “no ser un conejillo de indias” se repite en Manuel, que en diálogo con Rosario3 planteó: “No le veo sentido a ser un sujeto de prueba, con una vacuna que no te protege de no contagiarte o no contagiar a los demás”.
Sobre este último punto, vale destacar aquello que desde el gobierno nacional responden desde el sitio web dedicado a evacuar preguntas frecuentes: “La vacuna es una herramienta de prevención dirigida a reducir las formas graves y complicaciones del covid-19. El impacto en la circulación viral y la interrupción de la transmisión requiere de la realización de estudios que lo demuestren”.
El secretario de Salud de Rosario, Leonardo Caruana, coincidió en varios puntos con lo planteado por Torres y agregó que “más que hablar de los jóvenes hay que entender y trabajar con ellos para que podamos tener la eficacia social de esta intervención y aumentar la cobertura”. El funcionario municipal confió en que “a medida que sigan llegando vacunas, paulatinamente también va a aumentar el porcentaje de inscripción, como pasó con el resto de los grupos etarios”
Ante la pregunta sobre qué estrategias se plantean para incrementar el nivel de adhesión a la vacuna, el coordinador provincial de Abordaje Territorial planteó que “tanto desde lo comunicacional como desde lo territorial estaremos presentes para buscar casa por casa no solo a los jóvenes sino a todos aquellos santafesinos que no se hayan inscripto, por la razón que fuere”.
Amenazas
En la recorrida que realizó entre algunos santafesinos que aún no se inscribieron, este medio no dio con ninguno que se defina como “antivacuna”. Lo más cercano a ello fue el caso de Matías, que aseguró: “Conozco varias personas que contagiaron igualmente, dos de ellos con cuadros graves, con una o dos dosis, por lo que la creación de anticuerpos aún no está probada con estas vacunas”.
Para Sebastián Torres, “tal vez haya un porcentaje de gente que no crea (en las vacunas), pero no lo tenemos como un factor principal (de la baja inscripción en jóvenes)”. Esto guarda relación con relevamientos recientes que se hicieron en Córdoba, donde una consultora estimó que existe un “núcleo duro” de uno cada diez habitantes que avisó que no se inoculará.
Vale recordar que incluso antes de la pandemia del coronavirus, la Organización Mundial de la Salud había reconocido la reticencia de las vacunas como una de las principales amenazas para la salud mundial.
Más información