Hace 30 años, el 29 de agosto de 1993, un tornado que se desató en la región de San Lorenzo marcó un antes y un después en la historia de la localidad santafesina. Tres décadas después, las imágenes y el recuerdo de los destrozos que materializó el fenómeno meteorológico que arrasó, entre otros sitios, con el paredón del Convento que se alzaba sobre la actual Avenida del Combate y el pino histórico, que sufrió importantes quebraduras.
Minutos antes de las 7 de la mañana del 29 de agosto de 1993, la ciudad de San Lorenzo se despertó con un temporal que parecía no tener precedentes. El color del cielo, la quietud, el río y un viento caliente y frío a la vez. “Un acontecimiento que ningún sanlorencino podrá olvidar”, aseveró un usuario en sus redes sociales.
De acuerdo a lo que recuerdan los vecinos de la ciudad, que queda 29 kilómetros de Rosario, aquel día, el tornado F1 embistió con todo. Desde la caída de árboles, muros y carteles hasta el colapso de una antena de comunicaciones de 56 metros de alto.
También se volaron techos de viviendas y tinglados. Las roturas de los vidrios y las chapas que se volaron fueron una de las postales más repetidas de aquel día.
Los sitios y espacios históricos de San Lorenzo no fueron ajenos a los estragos y ese es uno de los recuerdos más latentes. El casco y el pino histórico de la ciudad también se vieron destrozados por el tornado.
Los árboles en el campo de la gloria fueron arrancados de raíz y parte del parabólico del colegio Santa Rosa ya no estaba tras la fuerza de la naturaleza. Entre el asombro y la incertidumbre, los sanlorencinos recorrieron las calles de una ciudad que si bien sufrió una gran pérdida material y daños al patrimonio histórico, no se lamentaron, afortunadamente, víctimas fatales.