Ya no se trata puntual y exclusivamente de las vacunas contra el covid-19. En la última década, y sobre todo, luego de la pandemia de coronavirus, gran parte de la población del país discontinuó la vacunación propia y la de sus hijos. Esto preocupa a la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) que reportó un retroceso en el cumplimiento del calendario obligatorio y gratuito en todas las jurisdicciones, incluida Santa Fe.

“Las vacunas constituyen una de las medidas sanitarias que mayores beneficios ha producido y sigue produciendo a la humanidad porque salvan millones de vidas en el mundo, cada año. Es una herramienta muy importante porque previenen enfermedades que antes causaban grandes epidemias, muertes o secuelas, como el caso de la poliomielitis, la difteria, el sarampión y el tétanos, entre otras”, afirmó a Rosario3, Miriam Calvari, médica infectóloga y miembro del Comité de Infectología de la SAP.

Desde la institución recuerdan que las vacunas benefician tanto a las personas vacunadas como a las no vacunadas y susceptibles que haya en su entorno, porque actúan como inmunidad de rebaño. Pero, para lograr el control efectivo de cualquiera de estas enfermedades inmunoprevenibles, es fundamental sostener un programa de vacunación amplio y contar con una vigilancia epidemiológica adecuada, a fin de evitar la reemergencia de estas enfermedades, la posibilidad de brote o la introducción de enfermedades que ya fueron eliminadas de Argentina. Hipótesis para nada descabellada si este rechazo a la vacunación se mantiene en el tiempo.

“Las vacunas son víctimas de su propio éxito –sostiene Calvari–; en el país, tenemos un excelente calendario de vacunación; se incorporaron nuevas vacunas como la del virus sincicial respiratorio para embarazadas, y gracias a la vacunación, no hay casos de tétanos neonatal desde 2007; no hay casos de difteria desde 2006; no hay síndrome de rubeola congénita desde 2009. Desde que se incorporó la vacuna contra la hepatitis A, no vemos más trasplantes de hígado por hepatitis A, aparte de la disminución de casos de hepatitis A, en sí misma; pero hay que tener en cuenta la necesidad de no interrumpir ni discontinuar las dosis en el tiempo, a fin de mantener su eficacia”, subrayó.

Calendario Nacional de Vacunación 2024. Fuente: Ministerio de Salud de la Nación.

La tendencia decreciente de la última década

 

La actitud de rechazo, indiferencia y/o desconocimiento de una parte de la población en relación con las vacunas y su importancia para salvar vidas y evitar secuelas de enfermedades, no es nueva. Pero desde la SAP señalan que esa conducta comenzó a acentuarse en los últimos diez años.

Según la OPS, en Argentina existe riesgo de reintroducción de algunas enfermedades como poliomielitis y sarampión.

Además, explican que una de las causas de la baja concurrencia a los centros de vacunación radica en una creencia errónea: la de pensar que las enfermedades para las cuales fueron diseñadas desaparecieron definitivamente. “Si no vemos casos de esas enfermedades en Argentina, se debe, justamente, a la presencia de las vacunas, que evitan su propagación; ya que en países con programas de vacunación de menor alcance y peores condiciones sanitarias –remarcan– los casos siguen existiendo”.

En la última década, se viene observando una disminución de la cobertura de vacunación, que se agravó con el impacto de la pandemia del covid-19. Por esta razón, la Organización Panamericana de la Salud (OPS) puso a la Argentina en situación de riesgo, porque con coberturas tan bajas, existe el riesgo de reintroducción de algunas enfermedades como poliomielitis o sarampión. “El tema es que al no ver personas con esas enfermedades (porque la enfermedad está controlada) perdemos la percepción del riesgo que se corre al no vacunar a los niños en tiempo y forma. Por eso decimos que las vacunas son víctimas de su propio éxito”.

La SAP informó que las coberturas óptimas tienen que superar el 90 por ciento y en 2024 ninguna de las vacunas que integran el calendario obligatorio supera el 80 por ciento, mientras que en 2019 –año previo a la pandemia– en algunas vacunas se llegaba al 90 por ciento. “Estamos diez puntos abajo y es preocupante; por eso, tenemos que mejorar las coberturas”.

El Ministerio de Salud provee las vacunas del calendario a todas las jurisdicciones del país para que se administren en forma gratuita y obligatoria. Son vacunas seguras y efectivas; pero por ciertas situaciones, las vacunas terminan quedando en las heladeras de los vacunatorios y no se aplican.

La vacunación en Argentina está diez puntos debajo de lo óptimo.

Desde la SAP insisten con la solicitud a los médicos de todas especialidades para que asesoren sobre la vacunación a toda mujer embarazada y a toda persona adulta que vaya a la consulta para sí misma o para un niño. El fin es que sepan qué vacunas les corresponde recibir y qué enfermedades cubre cada una.

La situación en Santa Fe

 

La coordinadora del Programa de Inmunizaciones de la provincia de Santa Fe, Gabriela Clementz, explicó a Rosario3 que “a pesar de que la inmunización es una de las intervenciones de salud pública más eficaces, la cobertura vacunal se estancó en la década anterior a la pandemia de covid-19. Los datos correspondientes a 2023 muestran que aún no se han restablecido los niveles de 2019”.

Entre las causas que inciden en ese “estancamiento”, la profesional incluye: desconocimiento de los criterios de aplicación y cómo recuperar esquemas de vacunación atrasados; desinformación; falta de percepción del riesgo de enfermar; pérdida de la confianza en la vacunación por parte de algunos sectores de la población; barreras culturales, sociales y geográficas, entre otras.

Para mejorar la cobertura en vacunación, entre otras acciones, el Ministerio de Salud de la provincia destaca que suscribió convenios con organizaciones gremiales, instituciones y empresas y que, a partir de esos acuerdos, el Programa Ampliado de Inmunización organizó jornadas de vacunación para completar esquemas del Calendario Nacional. Especialmente, en el marco de la Campaña provincial “Vacunate”, en la que se reforzó la estrategia para prevenir las formas graves de las enfermedades respiratorias.

Virus sincicial respiratorio (VSR)

 

Este año, comenzó en todo el país la vacunación contra el virus sincicial respiratorio. Como parte del Calendario Nacional de Vacunación, se aplica a mujeres embarazadas una dosis de esta vacuna, entre las semanas 32 y 36 de gestación, con el objetivo de proteger contra la bronquiolitis a recién nacidos durante los primeros seis meses de vida.

El virus sincicial respiratorio es la causa principal de infecciones respiratorias agudas bajas en la infancia y en particular en lactantes menores a un año.

En relación con esta vacuna, Clementz señaló que se aplica en forma estacional y que el 31 de agosto pasado finalizó la campaña de vacunación contra el VSR. “En Santa Fe, logramos una media provincial de 65 por ciento y superamos la media nacional que se ubicó en 61 por ciento. A su vez, cuatro departamentos –San Justo, Castellanos, San Cristóbal y San Jerónimo– superaron el 70 por ciento; mientras que un departamento –San Lorenzo– no llegó al 50 por ciento, aunque muchas embarazadas se vacunan en efectores de Rosario.