La divertida anécdota del “Maligno” Torres en la villa olímpica, que justifica su apodo

José, el “Maligno”, Torres es el deportista del momento en la Argentina. Después de obtener la medalla de oro, la primera de la delegación nacional en Paris 2024, en la categoría BMX, el atleta criado en Córdoba dio una entrevista a un medio local donde justificó el por qué del apodo con el todos lo conocen.

“Todos me dicen maligno, nadie me dice José. Para nada soy malo, pero no voy a negar que me gusta hacer maldades”, sostuvo el medallista olímpico. Para graficar su apodo, el Maligno se animó a contar una anécdota reciente en la villa olímpica.

“Cuando llegamos, no debería decirlo, como el predio es muy grande las bicicletas son públicas y vos te desplazas así. Pero a medida que pasaban los días había países que compraron candados y empezaron a atarlas. Sino, cuando terminabas de comer y querías irte ya se la había llevado otro”, comenzó su relato en diálogo con El Doce de Córdoba.

Ante la imposibilidad de poder usar las bicis que estaban atadas y cansado de que se lleven la que él usaba, el deportista argentino pensó una ingeniosa salida. “Lo primero que hicimos fue sacarle los asientos para que no se las lleven”, explicó. “Nos fuimos a dormir y al otro día cuando nos levantamos ya no estaban más. Entonces nos quedamos sin bici y con los asientos”, lamentó entre risas.

Pero la anécdota no quedó ahí sino que esa misma noche fueron por más y, luego de conseguir otras dos bicicletas, tomaron una decisión drástica para evitar que otras personas las puedan usar. “Le sacamos las ruedas de adelante y nos fuimos a dormir”, contó. 
La medida fue efectiva ya que al despertarse se encontraron con que las bicicletas seguían en el lugar.

“Fuimos a desayunar y mientras tomábamos café llegó un audio de Argentina que decía: «a los que sacaron las ruedas de las bicicletas que están abajo del edificio espero que no sean argentinos y en 10 minutos queremos que estén las ruedas puestas porque sino vamos a ir departamento por departamento buscándolas»”.

“Ahí nomas nos fuimos corriendo a poner las ruedas y después me crucé a la persona que mandó el audio y me dijo que ya sabía que era yo pero que no quería decir mi nombre”, concluyó su anécdota el campeón olímpico de BMX.