El fin de semana un extraño episodio quedó registrado por las cámaras de canal Luz y dejó perplejos a los casi 2500 fieles que estaban participando de uno de los servicios de la Iglesia Evangélica Misionera Argentina (Iema), ubicada en la zona de Oroño y 27 de febrero. Un hombre irrumpió en el escenario con un arma e intentó dejar un mensaje.
El episodio fue controlado rápidamente por personal del templo y entregado a personal policial que se hizo presente en el lugar. “Estaba ya finalizando el servicio de mi madre, la pastora Mabel. Ella estaba cerrando y sorprendentemente alguien ingresa y llega hasta el escenario, ahí intentaron frenarlo”, detalló en Radiópolis (Radio 2), el pastor Pablo Silvestri.
En la filmación que quedó registrada por el canal evangelista, se ve al hombre apuntándole en el piso a uno de los que intentó frenarlo y luego acercarse al micrófono donde sólo se lo escucha pedir calma y que todos permanezcan sentados.
‼ La transmisión en vivo de la Iglesia Evangelica Misionera Argentina de Oroño y 27 de Febrero tuvo un sobresalto en el día de ayer por la un irrupción de un hombre con un arma. https://t.co/XxsV7M7JmH#Rosario3 pic.twitter.com/91Hs5Q62pA
— Rosario3.com (@Rosariotres) May 1, 2022
“Fue un momento difícil, no es alguien que conocemos ni que tiene que ver con nuestra congregación. Lo que fue muy impresionante es cómo actuaron algunos, yo traté de alcanzarlo, pero rápidamente hubo gente que se le puso delante”, relató Silvestri.
Una vez que lograron reducir al agresor, se encontraron con que el arma que tenía en su poder era una réplica. “Yo hablé con él, era una persona que no tenía ningún tipo de diálogo lógico pero estaba perfectamente vestido, recién bañado”, remarcó el pastor.
“Aparentemente es alguien con un delirio, repetía cosas que tenían que ver con el 2024, decía que tenía un mapa y quería hacer conocer un mensaje”, añadió.
Con respecto a la posibilidad de que el agresor haya sido enviado a generar malestar, Silvestri lo descartó. “Espero que esto no nos haga modificar nuestra forma de trabajar, nosotros tenemos cuatro servicios por fin de semana de entre 2 mil y 2500 personas cada uno, hay gente que ingresa permanentemente y a nosotros nos interesa que ingrese gente que no conocemos, es parte de nuestro trabajo”.
“No queremos transformarnos en gente que está sospechando, no es nuestra idea. Nosotros recibimos gente que viene herida, que está lastimada, que es resistida en muchos lugares, gente con problemas con el delito, no le pedimos un prontuario para recibirlos. A esta persona se le preservó su integridad, ojalá se pueda poner bien”, concluyó.