Este jueves, personal de la Policía Federal Argentina (PFA) realizó una serie de 30 allanamientos en Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, Carcarañá, Puerto General San Martín y San Lorenzo, por una causa federal de delitos económicos. Entre los detenidos se encontraba el titular del Sindicato Unidos Portuarios Argentinos (Supa), Herme “Vino Caliente” Juárez, quien disputó durante mucho tiempo espacios de poder ligados a fuertes negocios portuarios con un histórico rival, también preso hoy: Omar "Caballo" Suárez, conductor del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (Somu) durante 27 años corridos.
Era la última hora de un viernes de 2014, cuando el entonces jefe de Gabinete, Jorge Capitanich citó a Herme Juárez, a Omar Suárez y a Jorge Álvarez para abordar un denso problema político con serios efectos económicos.
Juárez detentaba el absoluto monopolio de los servicios portuarios en la zona de Timbúes, Puerto General San Martín y San Lorenzo. Dueño de una logística difícil de empardar, el sindicalista y presidente, a su vez, durante 48 años, de la Cooperativa de Trabajadores Portuarios Limitada (CCREP), fijaba él mismo las tarifas en dólares que las empresas multinacionales acataban.
Entre los múltiples y diversos servicios que prestaba su Cooperativa, también estibaba el mineral de hierro que se transbordaba en Rosario en el buque Alianza G2, de la empresa UABL, a cargo de Jorge Álvarez. Pero los intereses se cruzaron. La naviera que contrataba a la Cooperativa instaló en Entre Ríos el buque Paraná Iron para realizar el servicio, y el negocio de Juárez tambaleó por problemas de jurisdicción.
Al ser el Paraná Iron un buque y no un puerto, la presencia sindical sería la del Somu y no la del Supa. Entonces, Juárez inició un reclamo gremial y presionó negando estiba en el polo portuario a toda exportadora que operara con barcazas de UABL hasta que la estiba en el buque la efectuara el Supa. “Caballo” Suárez no se quedó atrás y negó remolque a todo buque que hubiera cargado con la cooperativa de Juárez. En medio del conflicto, una fila de buques aguardaba la fumata blanca mientras se perdían miles de dólares.
Cuentan testigos de la época, que Herme arribó a la convocatoria del entonces jefe de Gabinete a bordo de uno de los dos helicópteros de su Centro Cooperativo de Rescate y Emergencias Portuarias, como demostración de fuerza, y no salió tan mal parado de la reunión. Juárez y Suárez terminaron repartiendo la estiba en el buque.
Caballo mancado
En 2016, se conoció una buena noticia para Herme Juárez: la renuncia de uno de sus archienemigos, Omar “El Caballo” Suárez, a la secretaría general del Somu, tras sucesivas denuncias de corrupción. Así, el líder de los portuarios se sacó de encima a uno de sus competidores directos para su proyecto de “Puerto del Primer Mundo”.
En septiembre de 2016 Suárez fue detenido. Está procesado por los delitos de asociación ilícita y entorpecimiento de las vías navegables por pedirle dinero a los barcos que querían ingresar a los puertos a través de una fundación y de una empresa vinculadas al gremio. Por esos hechos comenzará a ser juzgado, junto con otros acusados, desde el próximo 9 de agosto .
Las diferencias entre “Vino Caliente” (Juárez) y “Caballo” (Suárez) eran frecuentes, y más de una vez, lanzaron denuncias cruzadas sobre la actividad de su rival.
Juárez impulsaba un proyecto para transformar las terminales portuarias del país en un “Puerto del Primer Mundo”, con prestación de nuevos servicios suministrados por el Centro Cooperativo de Rescate Portuario (CCREP) que administra la Cooperativa Portuaria que preside. También aspiraba a operar el acceso de los buques de ultramar a través de remolcadores, en su zona de influencia, algo que ya ocurría en el puerto de Bahía Blanca, jurisdicción de Suárez.
Juárez: ¿el mejor de todos?
En 2017, el presidente Mauricio Macri salió duro con un mensaje del que los portuarios no quedaron exentos: "Para que la Argentina sea competitiva había que bajar costos y terminar con prácticas sindicales espurias que encarecían y frenaban inversiones".
El mensaje se basaba en los informes reservados que llegaban al mandatario y que indicaban que uno de los principales problemas de la competitividad argentina radicaba en los elevados costos logísticos. Más puntualmente, en las terminales portuarias.
Entre el gobierno y la Cámara de Puertos Privados Comerciales (CPPC) elaboraron un plan para reducir en algunas terminales los costos portuarios, que recién se plasmó cuando tuvo el visto bueno de Herme Juárez, quien cedió a la presión de Macri y aceptó reducir las tarifas de remolque, lanchas de amarre, estiba, sanidad marítima y peaje, entre otros rubros.
Desde presidencia resaltaron la actitud de Juárez y lo exhibieron como un ejemplo a seguir para impulsar las inversiones y a su vez, para evitar la pérdida de mercados de exportación y el encarecimiento de bienes importados. En síntesis, señalaron la decisión de Juárez como un factor que contribuyó al crecimiento y al mantenimiento de los puestos de trabajo existentes.
Los empresarios agroindustriales remarcaron la buena voluntad de Juárez e incluso el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, Alberto Padoán, diferenció a Juárez tanto de su rival Suárez como también de Juan Pablo “Pata” Medina, histórico jefe de la Uocra de La Plata.
En una entrevista periodística, Padoán caracterizó a Juárez como "muy abierto y predispuesto a trabajar", y señaló: “Tuvimos una reunión con Herme Juárez, y conversamos sobre que las obras sean de libre contratación y que puedan intervenir otros actores para que la competencia sea como tiene que ser. Él estuvo muy a tono con lo hablado y aunque obviamente, tiene un avanzado estado de situación con los servicios que puede ofrecer, también lo pueden hacer otras tantas empresas que están a la altura de las circunstancias”, decía entonces el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario.
Pero si bien destacaba la apertura al diálogo de parte del sindicalista, el presidente de la Bolsa señalaba que le hacía “ruido” un convenio firmado en 2014 entre el gobierno nacional y la empresa de Juárez, por medio del cual los costos del peaje en la hidrovía habían subido un 36 por ciento.
Entre los múltiples servicios que cubrió de manera monopólica hasta 2016 (y desde entonces, compartida con otros actores), la Cooperativa de trabajadores portuarios de Herme Juárez se encarga de proveer maquinarias a las empresas Dreyfus, Cargill, Bunge, Noble, Nidera, Toeper y Terminal 6; realizar la desestiba de fertilizantes, el almacenaje y la provisión de rampas en las que se descargan 28 camiones cada seis horas. También presta un servicio de asistencia y emergencias portuarias que cuenta con dos helicópteros, dos lanchas ambulancia, tres ambulancias terrestres y una moto de agua.
En síntesis, maneja el funcionamiento de los puertos del sur santafesino por donde sale más del 80 por ciento de la exportación agropecuaria de la región.
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