Inquilinos y agrupaciones que los defienden refutaron los datos de un informe del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) que sostiene que el valor de los alquileres aumentó la mitad que la inflación durante los últimos cinco años y que una persona destina “entre un 20 y 25 por ciento” del sueldo al alquiler. No obstante, desde la Asociación de Inquilinos de Rosario expresaron que durante el primer año de un contrato locativo “los gastos pueden representar hasta el 54 por ciento de un sueldo” de empleados de comercio.
“Durante el primer año el alquiler y gastos obligatorios representan el 54 por ciento de un sueldo de empleado de comercio, y en el caso de personas solas, el alquiler y la alimentación se llevan el 88 por ciento de sus ingresos”, le detalló Emmanuel Canelli, referente de dicha agrupación, a Rosario3.
Según los registros y números de referencia que analizaron, el índice locativo por sí solo, despojado de otros gastos obligatorios como los que se generan al firmar un nuevo contrato, impuestos y expensas, está en el orden del 32 por ciento de sueldo, por encima de lo planteado en el informe encargado por el Colegio de Corredores Inmobiliarios (Cocir) a la UNR.
El documento de la casa de estudios y los corredores postula que en el último lustro los alquileres se incrementaron casi la mitad que el índice de inflación oficial acumulada. Entre 2017 y 2022 los contratos subieron un 369 por ciento, mientras que la suba de precios general fue de 669 por ciento.
También sostiene que, en el mismo período, la relación entre alquileres y salarios se mantuvo estable, es decir que no se alteró el impacto de entre el “20 y 25 por ciento” de un salario de empleados de comercio.
En contraposición, desde agrupaciones de inquilinos utilizaron el ejemplo del alquiler de un monoambiente en Rosario para refutar el informe y contrastar los datos.
Un sueldo de bolsillo de un empleado de comercio es de unos 116 mil pesos. Y para alquilar un monoambiente, según valores de septiembre de este año, se necesitan 37 mil pesos. Con esa base, el impacto del alquiler en el salario “es del 32 por ciento y no del 25”, agregó Canelli.
Sin embargo, el costo del alquiler no es el único que deben afrontar los inquilinos, ya que al celebrar un contrato nuevo también deben pagar gastos obligatorios de comisiones inmobiliarias, sellados y el mes de depósito, que es devuelto al finalizar el vínculo.
“Con eso se elevan significativamente los costos mensuales que tenemos que afrontar. Esto es producto de las circunstancias actuales y la falta de acompañamiento estatal. El costo de ingreso a una vivienda es más que significativo. Las inmobiliarias se llevan más del 70% del costo de ingreso", señaló el referente del sector.
Entonces, alquilar un departamento monoambiente con los costos de ingreso eleva la cifra a unos 166 mil pesos totales. Como muchos inquilinos no disponen de todo ese dinero junto deben sacar préstamos para financiar el gasto y esto representa durante los primeros 12 meses hasta un 54 por ciento del salario.
Mucha demanda y poca oferta de alquileres
El Colegio de Corredores Inmobiliarios de Rosario advirtió que el mercado de alquiler de viviendas de la ciudad se encuentra en un momento en el que se ve "una fuerte demanda y poca oferta".
Según informaron, actualmente cuentan con "cerca de 60 mil inmuebles a la venta contra mil para alquilar".
"Estamos con una fuerte demanda y poca oferta, se viene analizando hace un año y medio. El fin de la pandemia y la sanción de la nueva ley hizo que un importante número de inmuebles en el mercado locativo pasen al de venta", destacó el presidente del Colegio de Corredores Inmobiliarios, Andrés Gariboldi, esta semana en El Contestador (Radio 2).
A este problema, Canelli le sumó otro ítem vinculado a la reducción del padrón de estudiantes de la UNR y su relación con las dificultades para alquilar.
Según explicó, el costo de un alquiler es significativo a la hora de desagregar la deserción de los estudiantes, fundada en la baja de hasta un 50 por ciento del padrón estudiantil que participó de las elecciones en los distintos centros a comienzos de 2022, en comparación con 2019.
“Un ejemplo de esto es que la UNR tuvo que abrir una residencia estudiantil para intentar paliar esta realidad”, advirtió.