A diez días de la desaparición de Mauricio Jesús “Caníbal” Laferrara (27 años), el jefe de sicarios de la banda narco de Esteban Lindor Alvarado, la hipótesis fundamental es que se escapó de la cárcel de Devoto escondido en la basura que sacó ese día del penal un camión recolector. Uno de sus abogados, Fernando Sirio, prácticamente descartó otra posibilidad que se manejaba: que otros reclusos lo hayan matado y luego descartado su cuerpo.
Lo cierto es que la búsqueda dentro del penal ya se dio por finalizada, Interpol emitió una alerta roja para su captura y aparecen nuevos interrogantes. Uno de ellos es por qué, tratándose de un preso peligroso, se lo trasladó en su momento de la cárcel de máxima seguridad de Máximo Paz a otra con menor nivel de control, como la de Devoto.
El abogado Sirio, en diálogo con el programa Radiópolis de Radio 2, negó que eso haya sido por el pedido que Laferrara formuló, a través suyo, para estudiar. En cambio, explicó que el traslado se planteó por escrito porque en el penal de Marcos Paz están alojados presos de la banda de Los Monos, el grupo rival al de Alvarado, que integraba su defendido.
Pero no solo eso. Otro argumento a favor del traslado fue que en Marcos Paz también estaba el propio Alvarado y había una idea de que los integrantes de una misma banda puedan convivir en el mismo penal.
Fueron esos los motivos que llevaron a la decisión de llevarlo a Devoto, explicó, y el hecho de que allí se puede estudiar se convirtió en un beneficio adicional.
Sirio ratificó que la hipótesis de la fuga es la única que hoy tiene sustento ya que al menos él no tuvo notificación de problemas de convivencia en el penal y a que es difícil que se hayan encontrado evidencias de alguna otra cosa.
Y consideró verosímil que se haya fugado escondido entre la basura atento a su contextura física pequeña y a las características de su personalidad: “Muy callado, extremadamente silencioso”.
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