Un poco de alivio. Un respiro. Así puede vivirse, meteorológicamente hablando, este jueves, en el que el calor extremo de la semana cedió a una brisa que agradable, que llevó el termómetro a las 6 de la mañana por debajo de los 20º. Cerca del mediodía se desató una copiosa lluvia, que no duró mucho pero ayudó. La máxima temperatura del día fue 24,9º, casi 15 menos que un par de días atrás.
En las primeras horas de la tarde ya no se registraban precipitaciones en la ciudad y la región y más tarde tampoco regía ya el alerta por tormentas emitido más temprano.
El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) avisó, con un parte de nivel amarillo, que el área sería "afectada por tormentas de variada intensidad, algunas localmente fuertes". A media tarde dicho fenómeno ya se había alejado hacia el norte -el norte y parte del centro santafesino seguían bajo alerta-, si bien el cielo de Rosario permanecía nublado.
Además, el agua ayudó para combatir algunos focos ígneos en cercanías, sobre todo en el Delta del Paraná, y además disipar el humo que por la mañana volvió a invadir parte de la ciudad, perceptible tanto en vista como en olfato.
Ya sin lluvias, hará más calor el fin de semana y los días siguientes, pero tampoco tanto: llegaría a 33 grados de acá hasta el miércoles de la semana próxima.