Diego Brancatelli y su familia decidieron cerrar la sucursal del supermercado “Don Ahorro” que habían abierto durante la pandemia en el barrio de Caseros, provincia de Buenos Aires. “No podíamos ocuparnos como queríamos. El local no era para ese rubro y apareció otra oportunidad a la que decidimos darle curso”, le dijo Cecilia Insinga, esposa del periodista, a TN.
El expanelista de Intratables y su pareja sienten que este emprendimiento no fue una experiencia negativa, sino todo lo contrario. “Lo tomamos como un aprendizaje. Vendrán cosas nuevas y lindas. No se puede estar en todos lados y es también algo que nos deja de enseñanza este proyecto”, señalaron.
“Don Ahorro” fue inaugurado en noviembre de 2020 y estuvo pensado como un negocio “low cost”. La idea era que los clientes pudieran acceder a todo tipo de productos al mejor precio.
A comienzos de mayo, Diego Brancatelli estuvo invitado a LAM (América) y reveló que su apuesta comercial no estaba teniendo el resultado que esperaba. “Puse un supermercado en pandemia para darle trabajo a la gente y nos va mal”, reconoció.
Branca admitió que la situación económica empujó a que el negocio no cumpliera con las expectativas. Incluso, antes de su cierre, tuvo que pasar de tener 10 empleados a 5 en menos de dos años.
“Sigue abierto, pero hoy realmente estamos cambiando la plata o sostenemos el comercio para dar laburo. Ahora, con todo lo que laburo, no tengo necesidad de hacerme tanta mala sangre, lo que queda a fin de mes no vale ni la pena”, indicó en esa oportunidad durante la charla con Ángel de Brito.
Haciendo una suerte de mea culpa, Brancatelli reconoció que no eligió bien el lugar donde montó el local: “Tal vez nos equivocamos en el rubro, tenemos dos supermercados a la vuelta que son de las grandes cadenas. Ellos tienen otros beneficios de promociones, los precios y los volúmenes que compran son otros”.
Y añadió: “La ubicación tampoco es la mejor porque tenemos una escalera porque hay que bajarlas con peso, es un entrepiso. Son un montón de factores”.