La estadia de Leda en Chile generó una enorme conmoción. La prensa local registró la multitudinaria convocatoria que cosechó tanto en el Santuario Parroquia Nuestra Señora de Lourdes en Quinta Normal como en el Templo Votivo de Maipú. Incluso, sus polémicas declaraciones sobre el origen del cáncer no ensombrecieron su paso por el país vecino. La visita de la mujer, a quien se le atribuyen transformaciones de estados de afectividad y también de salud, fue promovida por un matrimonio cuya hija padece una dolencia de salud. La historia detrás del fenómeno espiritual que traspasa fronteras.
Leda cruzó los Andes invitada por una familia chilena que vino a Rosario motivados por una dolencia que padece su hija. Estuvieron en octubre pasado y, como muchos de los seguidores de la líder de Soplo de Dios Viviente, permanecieron varios días acampando en las inmediciones de la ex Rural para ser bendecidos. En esta instancia fueron entrevistados por las periodistas Araceli Colombo y Sabrina Ferrarese, trabajadoras de Televisión Litoral (TVL) para su libro “Leda. La fe y la sanación”, editado por Sudamericana.
Marta Sepúlveda es el nombre de la mujer que ofició de puente para que Leda pisara suelo chileno. Su hija padece disautonomía severa. De acuerdo al sitio ADN, la mujer sostuvo: “Yo nunca fui en busca de Leda (a Rosario), yo fui por la sanación de mi hija, y cuando estaba en el predio se me vino el llamado de que mucha gente chilena viviera lo que yo viví con mi hija, porque realmente es algo maravilloso, entonces sentí la necesidad de invitar a Leda a Chile”.
“Mi hija desde el día 1 que pisamos el predio, aunque todavía Leda no la tocaba, no ha vuelto a desmayarse y sus presiones arteriales están dentro de los límites normales”, aseguró. “Lo más maravilloso fue que cuando llegamos adelante, donde estaba Leda, sin conocernos, sin conocer a mi hija, la nombró por su nombre. Ahí dices: ¡wow! Esto lo tiene que vivir Chile”, sumó.
Marta confió que su hija es tratada por la migraña con aura que sufre a partir de la intervención de Leda ya que antes, le resultaba imposible.
El testimonio
En octubre pasado, Marta y su esposo Pedro fueron entrevistados para el libro sobre Leda de la editorial Sudamericana. Habían llegado casi dos días antes para hacer la fila alrededor del predio de la ex Rural y como todos los presentes, aguardaban el momento de la bendición con mucho entusiasmo y esperanza. Pasaban las horas charlando con los seguidores, rezando y cocinando. En el intercambio con las autoras del libro confiaron su deseo de llevar a Leda a Chile.
“Marta y Pedro, dos visitantes chilenos, llegaron a Rosario con su hija de 15 años, después de ver a Leda en una nota televisiva. Fueron impulsados por el testimonio de un hombre llamado Ricardo, quien afirmó haber recuperado la vista después de la bendición de Leda.
Marta y Pedro tienen una hija que padece disautonomía y migraña con aura, una condición que a veces la afecta de manera severa. Siguieron sus impulsos y tomaron un avión rumbo a la Argentina, casi con lo puesto. La nena estaba en la carpa de otros visitantes chilenos, que llegaron para ver a Leda. Montaron una especie de tienda de campaña, con una cocinita afuera, en la que preparaban un puré para la cena. La niña, vestida con un shorcito y una remera, se mostraba entusiasmada, como si estuviera de vacaciones. “Yo tenía miedo de que mi hija se aburriera, entonces para mí ha sido muy reconfortante estar acá. Sé que Dios está con nosotros, porque la he visto feliz, la he visto reírse, compartir, sociabilizar, siendo que hace mucho rato que no veía a mi hija así. Solamente con estar aquí siento la emoción de que algo va a pasar, tengo toda la fe de que algo está sucediendo ya en mi hija, porque no se ha quejado tampoco de dolor de cabeza, que no lo soportaba, no se ha desmayado”, destaca Marta.
Al igual que su marido, Marta comparte la sorpresa que le causó el ambiente que se genera durante la espera a Leda. “Ha sido una experiencia superlinda y gratificante con las personas que hay acá. Todos se cuidan, hay mucho cariño, mucho amor entre todos, como si nos conociéramos de toda la vida. La sociabilidad me ha impactado”, señala. Y añade: “Mi objetivo es que mi hija tenga su recuperación, pero también tratar de llevar a Leda a Chile. Me encantaría hablar con ella y que podamos hacer un encuentro de oración allá en Santiago, porque hay mucha gente que lo necesita y también hay muchas personas que no pueden viajar, que no tienen los recursos para venir a Rosario. Como dice el dicho: ‘Hay que dar para recibir’”.
Más información