Pese a que las conclusiones no son determinantes, entre otras cosas porque no existen estudios previos para comparar datos, el último "Informe de Cuerpos Superficiales de Agua" sobre el arroyo Ludueña revela algunos detalles que confirman la contaminación del curso, en especial en zonas de desagües industriales, comerciales y domiciliarios.

Entre otras anomalías, la descripción de las 51 tomas de muestras mensuales, realizadas entre octubre 2022 y marzo 2024, informa que detectaron "olor a cloaca" de forma repetida, a veces se observaron "capa blancuzca" y “burbujas” en la superficie y relevaron conductos de descarga.

Los niveles más altos de materia orgánica y otros contaminantes se registraron en la zona 2, al noroeste de la ciudad, según el trabajo realizado bajo convenio con la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura (FCEIA) de la Universidad Nacional Rosario (UNR).

En el punto 8 de esa región (Azcuénaga y Ludueña), por ejemplo, se constató ”recurrentemente la descarga de un conducto pluvial abierto que colecta, entre otros, los efluentes vertidos por el establecimiento Fisherton Plaza Mall y del Aeropuerto Internacional Rosario, aunque de este último no se tiene certeza”.

Al norte de ese lugar, en la intersección de Alvarez Condarco y el arroyo: “En el punto 2 fue común advertir, sobre la superficie del arroyo, una película oleosa y blanquecina. Además en la zona, a menudo, se percibieron olores”.

Todo eso forma parte del resumen “Evidencias en Campo” del estudio al que accedió Rosario3. Pero, entre los anexos, hay un listado que es una suerte de “diario” del trabajo de campo. Ahí constan los días y lugares de toma de muestras y sus observaciones superficiales.

Algunas descripciones

 

El 15 de febrero de 2023, entre las observaciones, figura que "se percibe olor compatible con cloacal" en el punto de muestreo 5 (ribera del arroyo entre Jacobacci y Miglierini) y una "capa blancuzca" en la 2 (Alvarez Condarco y Ludueña).

El 20 de abril, la descripción señala: "Se percibe olor a podrido del lado oeste del puente. Del lado este del puente, donde se realiza muestreo se observa color verduzco blanquecino (de nuevo en el punto 2). Se observa un conducto descargando paralelo a calle Azcuénaga desde Funes (en el 8, sobre Azcuénaga). Se observa descarga desde el oeste donde puede verse restos de grasa y camalotes (en 7, De Los Trabajadores y Allende)".

“Se observa turbidez color blanquecino, algo de espuma. Sobre margen izquierda se advierte el aporte de conducto pluvial. Se percibe olor a podrido”, dice la entrada del 3 de julio sobre el sitio 8. "Se perciben zonas con supuesta actividad anaeróbica dada la presencia de burbujas. Se observan residuos oleosos", se suma el 7 de diciembre (lugar 10).

El 21 de marzo de este 2024, en el último ingreso de la tabla de análisis cualitativo, se repite el "olor a cloaca" y la "espuma" en los puntos 1, 2 y 7. Por supuesto que existen otros tantos registros en donde no se observan ni residuos, ni olores, ni cobertura sobre el cuerpo de agua.

Conclusiones y una zona apuntada

 

El trabajo que será analizado en los próximos días por el Concejo –cuerpo que organizó el mes pasado una audiencia pública para debatir este problema–, y que este medio adelanta en este breve resumen, incluye un largo listado de “parámetros fisicoquímicos que permiten observar el comportamiento espacial y temporal del mismo”. Pero, “dada la poca cantidad de datos y el acotamiento de la serie histórica analizada, sólo pueden inferirse situaciones particulares”.

Con esa aclaración, las conclusiones no reflejan violaciones a los niveles permitidos por resolución o, en algunos casos, no hay parámetros máximos. 

En principio, “el pH a lo largo del recorrido del arroyo en la ciudad es levemente alcalino, disminuyendo ligeramente a medida que se acerca a su desembocadura”. Sobre los Sólidos Solubles en Éter Etílico (SSEE), "las concentraciones máximas halladas" pueden ser “producto de algún evento puntual de descarga de efluentes con presencia de grasas y/o aceites”.

El arroyo ingresa a la ciudad con una carga orgánica baja, luego se incrementa, hasta alcanzar una contaminación orgánica alta, en la zona 2

 

Aunque los técnicos plantean que “es necesario contar con más datos” de los efluentes, destacan los puntos 4 (Puente Negro) y 8 (Azcuenaga) son los que “presentan mayores variaciones en las concentraciones”.

Además, a partir del análisis de las medianas de Demanda Biológica de Oxígeno (DBO) y Demanda Química de  Oxígeno (DQO) argumentan que “el arroyo ingresa a la ciudad con una carga orgánica baja, luego se incrementa, hasta alcanzar una contaminación orgánica alta, en la zona 2 y de allí decrece hasta una carga orgánica media a medida que se acerca a la desembocadura del arroyo en el río Paraná”. 

La misma zona 2, del noroeste, registra los mayores niveles de turbidez y de Sólidos Suspendidos Total (SST), parámetros que se encuentran muy relacionados entre sí.

Sobre los coliformes totales y fecales, los resultados permiten deducir que en todas las zonas se descargan aguas domésticas y cloacales. Uno de las hipótesis de contaminación es la falta de diferenciación de desagües cloacales y pluviales y fallas en el control de los vertidos de camiones atmosféricos

Es muy necesario realizar análisis exhaustivo de los emisarios pluvio domiciliarios y de los establecimientos industriales y/o comerciales

 

“De manera general, se puede mencionar que para la gran mayoría de los parámetros analizados el tramo del arroyo que presenta peores condiciones es el perteneciente a la zona 2. Esto implica que es muy necesario realizar análisis exhaustivo de los emisarios pluvio domiciliarios que se encuentran vertiendo en dicha zona y de los establecimientos industriales y/o comerciales que descargan sus efluentes líquidos en emisarios que finalizan en este sector del arroyo”, recomienda el estudio.

El texto final propone, además, sostener con el “registro continuo de datos” para diseñar “estrategias y acciones para identificar y mitigar efectos nocivos sobre este cuerpo hídrico”.