Apareció deforme en instagram, forzando al curioso a un pispeo rápido. Fotos y videos donde su cuerpo se iba transformando -cirugía tras cirugía- en lo que acaso imaginó como un Alien. Se cortó la nariz, las orejas, la parte superior del labio e incluso la lengua a la mitad. La mutilación incluyó tatuajes oscureciendo a rayas negras su piel, verde su lengua y se animó a que tintura y jeringa oscurecieran el globo ocular. Una mirada tenebrosa de un humano rechazando su cuerpo humano.
“Todo lo que me hice duele, el cuerpo sufre la transformación. Los tatuajes duelen, las consecuencias de operar deja sus marcas, pero sigo en mi camino”, dijo hace unas semanas en una entrevista española.
¿Por qué hace eso? ¿Se autopercibe Alien? ¿Quiere ser de otro mundo? De arranque en las charlas por los mensajes on line pidió 500 euros para concretar una entrevista y transmitir algunas de esas respuestas. “Mis ingresos dependen de eso”, dijo. La conexión siguió con algunas líneas más durante varios días. Pero al ver que no había voluntad de pago se alejó hasta ayer donde confirmó a este cronista que emprenderá una gira por Sudamérica con fines promocionales incluyendo Argentina.
The Black Alien es Anthony Loffredo o Antonio, un muchacho de 33 años nacido en Francia que vive en Barcelona y va camino a modificar quirúrgicamente su cuerpo para parecerse (según lo que imagina) a un Alien. En ese tránsito y a pesar de la impactante visual, lleva completado solo un 30% de su proyecto de modificación corporal llamado The Black Alien Project.
No tiene nariz, se cortó las orejas, parte del labio superior e incluso la lengua. Cada intervención modificó su percepción del mundo. “He notado que escucho más cuando hablas detrás mío, la ausencia de la oreja modificó eso. Entran todos los ruidos alrededor de mi cabeza. Tengo más sensibilidad en eso. Por la nariz respiro mucho más volumen de aire pero los días de frio me duele toda la zona donde ingresa ese aire, eso es muy molesto”, dijo Anthony en su encuentro con el creador digital Rene Ponte.
Una era de ciencia ficción. Los tiempos covid llenos del hastío y la soledad. ¿Mutaremos? ¿Seremos distintos después de este tiempo? No hablaremos de culturas regionales sino del impacto en toda la humanidad viva.
“Estoy en un 30 por ciento del proceso. Ahora me voy a recortar otra parte de mi boca, el labio inferior. Siempre con profesionales en el arte de la transformación”, cuenta en la entrevista que puede verse en redes. Monstruosamente insaciable. Anthony no se detiene. Empuja a que bisturís atraviesen su cuerpo para darle una fisonomía donde el rechazo es la primera impresión.
Ayer informó en sus redes y lo confirmó on line al cronista que emprenderá una gira por varios países de América. Desde México a la Argentina. Tal vez intente mostrar su transformación como un gesto artístico de rechazo al ser humano. “En la calle me siento un poco raro, la gente me mira demasiado, me pone en rol extraterrestre. Soy como un personaje de película. Eso me pone un poco contento, pero es raro. A veces me gustaría ser invisible para poder caminar tranquilo por la calle”, dijo.
Se ha discutido mucho al cuerpo como un envase que a veces no contiene a la persona correcta. Muchos han intervenido sus sexos incómodos y molestos con el que nacieron. A Anthony le pasa lo mismo, siente que su cuerpo es distinto a lo que siente. ¿Amas u odias a tu cuerpo?, le preguntó el cronista español. “Lo amo porque es mi cuerpo, pero lo odio porque no es el cuerpo que quiero. Estoy en medio de una gran pelea”, dijo.
Piensa solo en el proyecto de transformación. Desde la mañana a la noche. No se distrae con relaciones o ideas que lo saquen de foco. “¿Tener hijos? ¿Vivir mucho? El sentido de la vida es la libertad y disfrutar de eso”, afirmó.
¿Existe un parámetro de la normalidad? El tiempo de ciencia ficción de comunidades enteras organizando escondites para evitar morir de una nueva y desconcertante enfermedad revitaliza planteos existenciales. No perder tiempo en alcanzar los deseos.
Anthony dice tener una idea final para su transformación Alien. “Tal vez esto no termine nunca porque siempre mi cabeza piensa en más modificaciones”. Aunque eso lo conduzca a un desafío emocional. “Vivir mucho después de tantas modificaciones puede ser un problema. Y sé que puedo llamar mucho la atención. Pero a veces me miran con miedo y eso no me gusta”.
En tierra humana hay varios con sueños de Aliens, pero solo pocos que se animan a que la anestesia, el bisturí y la tinta emprendan enloquecidas un viaje por el espacio sin fin. Dolorosamente.