Este lunes se cumplieron tres meses del crimen de Máximo Jerez, el nene muerto en mdio de una balacera en Empalme Graneros y como homenaje, pintaron un mural cerca del club Los pumitas donde Maxi jugaba al fútbol con sus amigos. Su papá, Julio, aseguró que el barrio se siente más seguro ahora y que se nota la presencia de Gendarmería. Al lugar fue el papá de Bocacha Orellano, Edgardo, en muestra de apoyo y luego del veredicto sobre la muerte de su hijo que dejó desazón entre la familia.
“En realidad él debería estar jugando con los chicos, pero bueno...”, lamentó Julio en referencia al mural en contacto con el programa De 12 a 14 (El Tres). “Lo que hicieron no tiene perdón de dios”, agregó y contó que los amigos de Máximo se reúnen bajo el mural.
Consultado por la situación del barrio, dijo que ahora “es muy amplia la seguridad” y que “está más tranquilo”.
Pero se quejó de la falta de información por parte de la Justicia y aseguró desconocver el estado de la causa que, como derivación, sigue también las amenazas que recibió la familia Jeréz tras la muerte de Máximo. “Solo llamaron los primeros días, a las tres semanas ya se olvidaron”, apuntó.
Por el crimen de Jerez fueron acusados como presuntos coautores Nicolás Torres, Maximiliano Oscar Castillo y Nicolás Ariel Castillo. Además, están imputados Alejandra Fabiana Rodríguez y sus hijos Gustavo Nicolás Borda y Esteban Ezequiel Marengo por haber ocultado en su casa de barrio Godoy el Honda Civic que fue usado para la balacera mortal.
Y por las amenazas que siguieron al hecho, hay dos integrantes del clan Villazón, que lidera la banda de “Los salteños”, condenados en juicio abreviado homologado por el juez Gustavo Pérez de Urrechu: Juan José Villazón (50 años) y su pareja Claudia Campos (48), quienes recibieron una pena de 2 años y 6 meses de prisión.
Según la acusación de la fiscal María de los Ángeles Granato, intimidaron al núcleo familiar de Jerez el mismo día del crimen, con el objetivo de que no colaboren con la investigación.