Las competencias esenciales son aquellas que todas las personas necesitan adquirir para hacer casi cualquier trabajo, y que complementan las competencias básicas y las técnicas, según la asociación británica Skills Builder PartnerShip.
La investigación, titulada Towards a Universal Framework for Essential Skills: A Review of the Skills Builder Framework, identificó 8 capacidades esenciales universales. Estas comparten tres criterios: que sean claras, medibles y que se hallen respaldadas por evidencias y diversas autoridades, como organismos internacionales, empresas y expertos.
ESCUCHAR: recibir, retener y procesar información o ideas
Esta habilidad consiste en procesar adecuadamente la información que se recibe, ya sea que provenga de clientes, compañeros, o docentes.
Contar con esta habilidad significa poder escuchar a los demás, recordar sus instrucciones o información importante, y comprenderlas. Asimismo, implica demostrar que se escucha de manera efectiva, pensando en el lenguaje corporal, haciendo preguntas abiertas y resumiendo y reformulando. Esta competencia también involucra la escucha crítica: comparar perspectivas, identificar sesgos, evaluar ideas y ser objetivo.
HABLAR: la transmisión oral de la información y las ideas
Esta habilidad se refiere a comunicarse de manera efectiva con los demás. Poseer esta competencia implica ser un orador efectivo usando el lenguaje, el tono y los gestos apropiados para cada situación, así como utilizando hechos, ejemplos, ayudas visuales y expresiones adecuadas.
Una persona que tiene bien desarrollada esta capacidad también debe saber adaptar su discurso a cada tipo de oyente y estar listo para diferentes escenarios. También resulta importante hablar de manera influyente, utilizando estructuras, ejemplos y hechos para persuadir a las personas.
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS: encontrar una solución a una situación o reto
Esta competencia radica en encontrar la forma de resolver problemas no solo a través del conocimiento técnico y la experiencia, sino mediante la exploración y la evaluación de posibles soluciones, según el marco de competencias elaborado por Skills Builder PartnerShip.
Los primeros pasos para desarrollar esta habilidad se centran en seguir las instrucciones para completar las tareas, así como buscar ayuda e información adicional si es necesario. Después, es necesario explorar los problemas creando y evaluando diferentes soluciones potenciales. También se requiere buscar soluciones complejas: pensar en causas y efectos, generar opciones y evaluar esas opciones, utilizando razonamiento lógico e hipótesis.
Para desarrollar esta competencia en un nivel más alto, es necesario implementar planes estratégicos para resolver problemas complejos, evaluar su éxito y extraer aprendizaje para el futuro, apunta el informe.
CREATIVIDAD: usar la imaginación para generar nuevas ideas y soluciones
La creatividad es un complemento de la capacidad de resolución de problemas y consiste en generar innovaciones o nuevas ideas que luego se pueden perfeccionar. El primer paso para desarrollar esta competencia es tener confianza en uno mismo para imaginar diferentes situaciones, generar ideas y compartirlas.
Para desarrollar esta competencia hay que centrarse primero en desarrollar ideas haciendo mejoras a algo que ya existe y combinando conceptos, ya sea utilizando herramientas como mapas mentales, preguntas y considerando diferentes perspectivas. Asimismo, la creatividad implica también innovar en entornos grupales y buscar experiencias y estímulos variados.
MANTENERSE EN POSITIVO: manejar las emociones y superar contratiempos
Esta competencia se refiere a la capacidad de las personas para manejar sus emociones de manera efectiva y positiva, con el fin de que puedan permanecer motivadas en sus tareas y, en última instancia, sean capaces de motivar a los demás, incluso cuando surgen contratiempos.
Los primeros pasos para poder desarrollar esta habilidad se centran en identificar emociones simples y explicar por qué se sienten. A partir de ahí, las personas pueden detectar emociones más complejas e intentar mantener la calma cuando estas se presenten, pensar en lo que ha salido mal y controlarse. Una vez que se domine esto, entonces ya es posible identificar los aspectos positivos de situaciones difíciles, reconocer sus ventajas y aprovecharlas, afirma el estudio.
APUNTAR ALTO: establecer objetivos e idear una hoja de ruta para alcanzarlos
Apuntar alto consiste en desarrollar de manera efectiva un plan de acción para lograr los objetivos personales, educativos o laborales que permitan un desarrollo personal.
Trabajar con cuidado y atención, enorgullecerse del éxito y tener un enfoque positivo ante los nuevos desafíos son algunos aspectos que forman parte de esta competencia. Si esta habilidad se aplica en el trabajo, las personas pueden ser capaces de fijarse metas para sí mismos, siempre y cuando comprendan las tareas que deben realizar, y luego pueden ordenarlas y priorizarlas, detectar los recursos que necesitan e involucrar a otros de manera efectiva.
LIDERAZGO: apoyar y alentar a los demás para alcanzar una meta compartida
Esta habilidad es relevante no solo para personas que ocupan puestos de administración o que tienen cierto poder formal o informal, sino también para quienes trabajan o estudian con otros compañeros o compañeras en equipos.
Para que las personas puedan desarrollar liderazgo es necesario practicar la empatía: comprender sus propios sentimientos, poder compartirlos y reconocer los de los demás. También consiste en aprender a gestionar: dividir las tareas, gestionar el tiempo y compartir recursos, moderar debates grupales y tratar los desacuerdos.
El liderazgo conlleva tomar conciencia de las propias fortalezas y debilidades, y las de los equipos con los que se trabaja o estudia. Esto permite poder asignar tareas de manera efectiva. Para ello también resulta necesario desarrollar técnicas para guiar, entrenar y motivar a otros; reflexionar sobre el propio estilo de liderazgo y comprender su efecto sobre los demás, así como adaptarlo a cada situación.
TRABAJO EN EQUIPO: trabajar colaborando con otros para lograr objetivos compartidos
Esta habilidad se aplica al trabajo en equipos formales e informales, y también con clientes u otras partes interesadas. El paso inicial para desarrollar esta competencia consiste en comprender la importancia de trabajar en equipo para poder lograr objetivos compartidos.
Trabajar en equipo implica que las personas cumplan con las expectativas de ser positivo, comportarse adecuadamente, ser oportuno, digno de confianza y asumir la responsabilidad, apunta el estudio. Comprender y respetar la diversidad de las culturas, creencias y antecedentes de los demás también forma parte de esta habilidad.
Esta competencia consiste en realizar contribuciones a un equipo y tomar decisiones grupales reconociendo el valor de las ideas de los demás, así como alentar a otros a contribuir también. Las personas que saben trabajar en equipo los mejoran a través de la gestión de conflictos y la construcción de relaciones más allá del equipo inmediato.