Este 2 de abril se cumplen 40 años del conflicto bélico en el Atlántico Sur, entre Argentina y el Reino Unido, por la soberanía en las Islas Malvinas. La literatura infantil también busca acercar a niñas y niños a un hecho histórico que marcó a fuego a miles de excombatientes y sus familias. En ese marco, el libro-álbum "El niño zorro y el niño cormorán", escrito por Octavio Pintos, ilustrado por Inés Fraschina y publicado por la Editorial Universitaria de Villa María (Eduvim), Córdoba, narra la historia de Isabel, una niña de 8 años que descubre los sentimientos que envuelven el corazón de su papá, un ex soldado de la guerra de Malvinas.
La historia de Isabel
Isabel es hija de un excombatiente y es la protagonista del libro. Ella está convencida de que dentro de su papá conviven dos niños: un niño zorro (británico) y un niño cormorán (argentino, oriundo de Puerto Madryn). Ella juega con esos niños interiores que tiene su papá y que se mezclan con sus actividades cotidianas.
“Es un libro álbum que no apunta a una edad definida de niños. Como todo libro álbum está dirigido a un público multi-target; es considerado un objeto que puede ser atesorado por toda persona que guste de las ilustraciones y las buenas historias. Sin distinción de edad”, explica Octavio Pintos, en diálogo con Rosario3.
Lo importante es que los padres lo lean junto con los chicos –remarca el autor–; es una historia contada con mucha intertextualidad, que apela a la metáfora, y la trama refuerza una serie de valores como: tolerancia, igualdad, amistad, amor y perdón, entre otras cosas, más allá del conflicto bélico.
El libro-álbum
A diferencia de los libros informativos –que brindan datos acerca de determinados temas y las ilustraciones acompañan y clarifican el texto– el libro álbum tiene otra estructura. Se trata de ejemplares que cuentan con mitad de texto y mitad de ilustración. Y dentro de ese formato, las imágenes visuales no siempre ilustran exactamente lo que se relata en el texto, sino que también pueden agregar otra información adicional.
Escribir para niñas y niños
“Lo más difícil a la hora de crear una historia es correrse y dejar de ser adulto, algo que a veces se plantea como el ideal y lleva a los escritores a intentar ponerse en la cabeza de los chicos. Yo creo que no debe ser así, pienso que hay que dejar que la historia fluya”, asegura Pintos.
No hay que tenerle miedo al pasado.
“Cuando voy a las ferias del libro o a los colegios, donde dialogamos con los chicos en base al libro-álbum y escuchamos las devoluciones, comprobamos que los chicos les dan un sentido a las frases y a las metáforas que nos dejan sorprendidos. No puedo creer las cosas que dicen. Por eso, desde mi lado, a la hora de crear una historia, trato de no encerrarme en la idea de «esto va a ser para tal público». Dejo que fluya, veo que sale y cuido el detalle de que lo pueda leer también algún familiar del niño o niña, para que facilite el acceso al material”.
Para el autor, el texto lineal sigue funcionando, a pesar de la competencia de los múltiples soportes tecnológicos que existen actualmente. Hoy, las editoriales sacan los ejemplares destinados a los chicos con recursos interactivos adicionales, de lo más diversos: fichas para trabajar en clase, animaciones, estímulos sensoriales o dispositivos de audiolibro a través de los cuales se puede acceder a algunos capítulos de la obra, a través de la narración oral grabada por el mismo autor o autora, entre otros.
En cuanto a la experiencia de escribir sobre hechos históricos para niñas y niños, Pintos dice que le resulta “algo increíble”. Como autor le gusta tocar temas ligados a la identidad social y Malvinas era un tema pendiente. “Hacía mucho tiempo que quería enfocarme en Malvinas, pero a veces, hay que dejar que la historia venga. No es tan fácil sentarse y ver qué sale”.
“Con «El niño zorro y el niño cormorán» pasó eso. Llevó un tiempo. No fue fácil ni la construcción del relato ni las ilustraciones que hizo Inés Fraschina. Hay muy pocos libros sobre Malvinas, para niños. Y menos aún, libros álbumes. Algunas editoriales consideran que es «un riesgo». Por eso, quizás, se editan tan poco estas temáticas. No hay que tenerle miedo al pasado”, concluye el autor.