El último informe del Índice de Producción Industrial (IPI) de FIEL arroja resultados que reflejan el complejo panorama que enfrenta la industria argentina. En septiembre, la producción industrial registró una caída interanual del 7%, consolidando así seis trimestres consecutivos de contracción. No obstante, la actividad mostró un leve repunte del 1,4% en comparación con agosto, ajustada por estacionalidad.

Automotriz y alimentos: luces y sombras

Dentro de los sectores destacados, el automotriz continúa con un desempeño mixto. Si bien las exportaciones generales de vehículos volvieron a caer, los envíos hacia Brasil encadenaron tres meses de crecimiento interanual. Las ventas a concesionarios también acumulan un trimestre de expansión, lo que indica cierta reactivación en el segmento.

Por otro lado, el sector de alimentos y bebidas mostró el mayor dinamismo. La producción de aceite de soja se posiciona como líder en crecimiento, mientras que la faena vacuna y aviar presentó resultados positivos. Sin embargo, la industria láctea mantiene una racha negativa, sumando diecisiete meses de caída consecutiva.

Minerales y metalmecánica: los más golpeados

El informe señala que la industria de minerales no metálicos sigue enfrentando grandes desafíos, con una caída acumulada del 25,8% en los primeros nueve meses de 2024. De manera similar, la rama metalmecánica sufrió interrupciones producto de paradas técnicas, lo que profundizó su retroceso, aunque se observan signos de mejora en la producción de maquinaria agrícola.

Recuperación lenta y desigual

El tercer trimestre del año mostró una caída interanual del 7,2%, pero también un avance del 3,3% respecto al segundo trimestre, interrumpiendo cuatro trimestres consecutivos de baja. La refinación de petróleo fue otro sector que logró una mejora, igualando los niveles de actividad del año pasado.

Un punto de inflexión en duda

Si bien algunos indicadores sugieren que abril podría haber sido un punto de inflexión, la velocidad de recuperación sigue siendo débil. Según FIEL, esta dinámica transitoria se ubica por debajo de episodios de recuperación pasados, lo que deja en duda la posibilidad de una recuperación sostenida.

En resumen, la industria argentina sigue navegando aguas turbulentas, con sectores que avanzan y otros que retroceden. La clave para los próximos meses estará en consolidar estas mejoras puntuales en una tendencia más robusta que permita salir definitivamente de la recesión industrial.