Airbnb consiguió un éxito clave ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que sienta un precedente de peso para el resto de los mercados donde opera, incluyendo la Argentina.
La Justicia europea consideró que la plataforma es un “servicio de la sociedad de la información” y no se trata de una compañía inmobiliaria que debe ser regulada y pagar impuestos como tal, según reclaman las asociaciones de hotelería tradicional.
El fallo que determina que Airbnb es una empresa que ofrece servicios a través de internet y no hace operaciones inmobiliarias se produjo frente a una demanda que había presentado la Asociación para el Alojamiento y Turismo de Francia , denunciando que la compañía debía ser considerada como agente inmobiliario, para así obedecer la normativa de vivienda que está en vigor actualmente en Francia.
Esta decisión no solo significa que Airbnb pueda seguir operando como hasta ahora en Francia, sino que también facilita muchas de las batallas legales que está librando en todo el mundo ya que las asociaciones de turismo se quejan de que Airbnb está ofreciendo servicios hoteleros sin seguir las leyes del sector.
Un portavoz de la compañía, citado por Reuters, dijo que “el servicio que se proporciona es únicamente el contacto entre anfitriones e invitados para se pongan de acuerdo entre ellos. En ningún momento se participa en la transacción económica”.
El pasado abril, un asesor del Tribunal de Justicia Europeo emitió un dictamen no vinculante en el que se afirmaba que la compañía no es un operador hotelero, y que por tanto no se le puede aplicar esta normativa. El fallo reciente reafirma su opinión, y aclara que cualquier plataforma que ponga en contacto a anfitriones y huéspedes debe considerarse como servicio de la sociedad de la información.
Tanto gobiernos como empresas hoteleras han argumentado que la plataforma debería cumplir las mismas leyes que los operadores tradicionales del sector turístico y los propietarios de vivienda. Especialmente en lo que se refiere al pago de impuestos y tasas.
Aunque Airbnb ha evolucionado en los últimos años en cuanto a materia fiscal, la compañía se considera una proveedora de servicios en internet, y no quiere ser regulada como hotelera ni estar sujeta a dichas responsabilidades legales.
Comentarios