En los últimos siete días las lluvias estuvieron recostadas sobre la franja oeste del país. El sudoeste de Córdoba y San Luis recibieron acumulados significativos, entre 10 y 70 milímetros, con algunas tormentas localmente severas. En la región núcleo se midieron 11,6 mm en Bengolea. El NOA también recibió precipitaciones por encima de los 40 milímetros, con un valor poco común para Jujuy, superando los 100 milímetros.
Para el resto de la región pampeana y el NEA, sigue sin llover al menos desde que comenzó el 2025. Las reservas de agua en el suelo han caído significativamente, sobre todo en el centro este de la región pampeana: el norte de Buenos Aires requeriría lluvias de 100 a 120 mm para salir de la condición de sequía.
El mayor requerimiento atmosférico, el aumento de radiación solar propio de la época y el progresivo incremento de consumo de las siembras se impone día a día. Se están perdiendo unos 6 a 7 mm diarios pero se puede pasar a una pérdida de 8 a 9 mm, siguiendo el algoritmo de HARGREAVES y SAMANI si aumentan las temperaturas mínimas y máximas, según las condiciones típicas de una ola de calor.
Lamentablemente, aparte de que se descartan la llegada de lluvias significativas hasta el 20 de enero, se pronostican mínimas que pasen de los 11 a 17°C, que tuvimos en la semana, a valores de 20 a 23°C, o incluso más a partir del martes 14. Las máximas pronosticadas para el lunes 13 van de 36 a 38°C.
Lamentablemente, la próxima semana es probable que la región deba afrontar el paso de una ola de calor, sin el auxilio de tormentas importantes.
Alfredo Elorrriaga, consultor de la Bolsa de Comercio de Rosario, indicó: “Los pronósticos de corto y mediano plazo no son optimistas para la primera quincena de enero. No se esperan eventos pluviales significativos y, seguramente, durante el fin de semana las temperaturas experimenten un fuerte ascenso y una mayor continuidad, reduciendo considerablemente la amplitud térmica que sirvió de alivio durante diciembre”.
¿Qué indican los condicionantes de escala planetaria?
Lamentablemente, “la anomalía positiva del Atlántico sobre las costas de Brasil, Uruguay y Argentina se ha debilitado, disminuyendo el eventual flujo de aire cálido y húmedo que podría ingresar desde el noreste hacia el centro del país. Este efecto adverso se ve potenciado por la presencia de una zona de alta presión sobre el centro este de la región pampeana que se contrapone al ingreso de humedad de ese sector”, explica Elorriaga.
Y por el lado del Pacífico Ecuatorial Central, aunque los efectos de su enfriamiento no se hayan sentido durante la primavera por su bajo acople atmosférico y la buena disposición de los mecanismos de escala regional,
Para Elorriaga seguimos en un evento Niña: “El enfriamiento actual es cercano a –1ºC lo que supera el rango de Niña débil (de –0,5 a –0,9), y, según los modelos confiables, será así por lo menos hasta finales de febrero".
“Con condicionantes globales adversos, un nuevo alivio dependerá de que los eventos extra Pacífico y de escala regional puedan aportar a las reservas de agua en los sectores más comprometidos del centro este de la región pampeana”, dice el especialista.
Comentarios