“Me quedó siempre la espinita de jugar en Newell’s, era mi sueño de chiquito. Obviamente después mi vida cambió y arranqué para otro lado pero es algo que tengo pendiente. Siempre dije que me encantaría”. La frase, palabras más, palabras menos, se repite durante toda la carrera profesional de Lionel Messi en Barcelona e inevitablemente resuena ahora otra vez, ante el anuncio que el crack rosarino se va del equipo catalán.
Si siempre hubo ilusión entre los hinchas rojinegros de contar con el mejor jugador del mundo, que hizo parte de las inferiores en el club, más ahora cuando su salida del Barsa parece un hecho y por más que suenen en el horizonte gigantes como Manchester City, Inter de Milán, París Saint Germain o el económicamente poderoso fútbol estadounidense.
Los simpatizantes leprosos se aferran, además –si bien nunca tuvieron una promesa explícita–, de numerosas declaraciones de Leo expresando su amor por Newell’s. Incluso hace poco reconoció: “Me gustaría vivir eso aunque sea seis meses, o algunos partidos. Si alguna vez juego en la Argentina, el club sería en Newell’s”.
En otras entrevistas recientes expresó: “Tengo el deseo de jugar en Newell’s, en el fútbol argentino, pero no sé si se va a dar porque hoy tengo una familia. Y mi familia está por delante de mi deseo, que es una realidad, algo que soñé de chiquito pero hoy pensamos mucho más en el futuro de mis hijos que en el deseo mío. Aunque eso siempre está ahí”.
Ante diferentes consultas al respecto del club del que es hincha, Messi también dijo: “Es algo que me quedó pendiente, jugar en primera y en Newell’s, porque soy hincha, porque iba a la cancha y quería estar ahí adentro. No sé si se va a dar o no, hay muchas cosas en el medio para tomar esa decisión”.
La puerta parece abrirse a partir de que este martes, el mejor futbolista del planeta y uno de los mejores de la historia le comunicó al Barcelona vía burofax que quiere alejarse luego de 20 años en la institución.