Maximiliano Pullaro se convirtió en el gran ganador de las Paso santafesinas y se perfila como futuro gobernador de la provincia, ya que no solo derrotó en la interna a Carolina Losada sino que además la ventaja de Unidos para Cambiar Santa Fe sobre el peronismo superó todos los pronósticos: con un avance del 86 por ciento en el escrutinio oficial, los precandidatos de la oposición sumados arañaban el 59 por ciento de los votos, contra el 25 del oficialismo. Así, la tarea que deberá hacer el vencedor de las Paso en el PJ, Marcelo Lewandowski, para remontar la diferencia de cerca de 33 puntos en las elecciones generales del 10 de septiembre será ciclópea. Tanto que desde los análisis nacionales ya anotaron el resultado de este domingo como parte de la ola de cambio que creen terminará con uno de los precandidatos de Juntos por el Cambio en la Casa Rosada. En Santa Fe el que festejó fue Horacio Rodríguez Larreta, que participó con su compañero de fórmula Gerardo Morales de la celebración pullarista. Patricia Bullrich también viajó, pero su apuesta por Losada salió mal y se guardó de la exposición pública.
El propio Pullaro buscó proyectar su victoria más allá de Santa Fe, cuando conocida ya que el resultado era irreversible salió a decir: "Lo que siento es que se viene el cambio en la República Argentina y ese cambio ya empezó en Santa Fe con la elección de hoy". En la misma línea se manifestó Losada cuando a las 21.05 asumió su derrota pero a la vez calificó de "amplísimo" el triunfo de "Juntos por el Cambio". Sí, dijo "Juntos por el Cambio" y no Unidos para Cambiar Santa Fe, algo que luego le reprochó la que salió tercera en esa interna, la socialista Mónica Fein, que a nivel nacional apoya al cordobés Juan Schiaretti.
Si ese pequeño chispazo marca la posibilidad de algún cortocircuito para la campaña que viene ya no tiene demasiada importancia: el triunfo de Pullaro fue tan contundente que no hay margen de cuestionamientos interno para su lugar de nuevo líder de una oposición que está a las puertas de llegar a la Casa Gris. Esa posibilidad lo pone también de cara a hacer historia: sería el primer gobernador radical después de 60 años, algo que se ocupó de resaltar el titular de la UCR santafesina, Felipe Michlig. En 1963 quien asumió ese lugar fue Aldo Tessio.
Para Marcelo Lewandowski la sensación es ambigua. O acaso más amarga que dulce. Por un lado ganó con comodidad la interna del PJ, en la que compitió con Marcos Cleri, Eduardo Toniolli y Leandro Busatto. Pero su aspiración era ser el prencadidato individualmente más votado y que la diferencia entre frentes rondara los 12 puntos, un porcentaje que los responsables de su campaña consideraban remontable. Estaba tercero detrás de Pullaro y Losada y la ventaja superaba los 30 puntos.
En el justicialismo vendrá una temporada de pase de facturas por ver quién paga los platos rotos y seguramente una buena parte le corresponderá al gobernador Omar Perotti, que si bien tiene para defenderse que fue el precandidato a diputado provincial más votado, es el responsable de una estrategia electoral muy debilitada por las flaquezas de su gestión. De hecho, obtuvo 30 mil sufragios menos que Lewandowski.
El desastroso combo del peronismo se completa con el triunfo de Juan Monteverde en la interna con Roberto Sukerman: el candidato a intendente de Rosario será un extrapartidario. "Ser oficialismo con las dificultades de gestión que tuvimos en la provincia y la Nación nos salió carísimo", dijo una fuente del ahora candidato a gobernador de Juntos Avancemos.
Un datos grafica desde lo geográfico lo abarcativo de la victoria de Pullaro: le ganó a Losada en todos los departamentos y solo en Rosario no era el más votado, pues ahí sí Lewandowski conseguía ese objetivo. "Creo que vamos a llegar al medio millón de votos", se entusiasmó cuando aún faltaba mucho por escrutar un referente cercanísimo al exministro de Seguridad.
A la hora de analizar por qué hubo una ola semejante a favor de Pullaro hay que mencionar la constancia con la que trabajó su candidatura a gobernador desde que murió Miguel Lifschitz, su acertada apuesta política de saltar en aquel momento del Frente Progresista a Juntos por el Cambio, el armado territorial que edificó a partir de su contacto con jefes comunales e intendentes radicales y también socialistas durante sus recorridas por toda la provincia. Pero además, después de haber perdido la interna de 2021 por la senaduría con Carolina Losada, no se dio por vencido y consiguió que el electorado opositor leyera que tiene mayores atributos de mando que la experiodista. A la luz de los resultados, también resultó acertada su decisión de no responder al menos personalmente a los ataques de su rival interna.
Por el contrario, Losada no solo fracasó en su intento por salpìcar moralmente a Pullaro, sino que además fue fallida su estrategia de mostrarse como una candidata que tenía, como mayor atributo, respaldos nacionales como los de Bullrich y Mauricio Macri, dos dirigentes que en Santa Fe quedaron del lado de los perdedores.
A la inversa, Pullaro provincializó la campaña, puso en el foco de sus críticas a Perotti y recién con el resultado puesto lo proyectó a nivel nacional. En ese tablero también se convertirá en jugador de peso si, como todo hace prever, el 10 de septiembre ratifica la victoria. No es poco ser el gobernador de la tercera provincia del país. Pero además Santa Fe necesitará una influencia mayor a la que tiene hoy a nivel país para lograr los recursos que precisa para hacer frente a su problema más acuciante: combatir la violencia narco que tiene a maltraer sobre todo a Rosario.
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