Estudiar online ya no es una novedad en el terreno educativo, sino más bien otra de las formas de aprender sin la necesidad de moverse. Lo cierto es que esto se instaló como una forma dinámica de aprendizaje, que permite conectar más allá de lo geográfico y abrir el abanico de conocimiento sin límites ni distancias.
Si bien la educación presencial es todavía una pieza importante del aprendizaje, fundamentalmente en niños menores, durante la adultez la modalidad online además de ser útil, colabora en el vínculo entre la tecnología y las personas.
Muchos que deciden comenzar a aprender de forma online deben incorporar nuevas herramientas y usos que se les dan a los celulares o las notebooks que antes no eran necesarios. Por ejemplo, las videollamadas existían pero la pandemia vino a cambiar la dinámica de su uso, convirtiéndolas en uno de los medios para enseñar y aprender.
La posibilidad de estudiar online no sólo permite administrar el tiempo sino también tomar la cantidad necesaria del mismo para leer, practicar e incluso acercarse al área de interés. No hay edad para iniciar un curso online ni para terminarlo, y esa libertad es fundamental.
¿De qué se tratan los estudios online?
Hay plataformas especializadas en cursos online, como Crehana, que ofrecen un abanico de más de cien cursos de distintas temáticas donde quienes estén interesados pueden ingresar y elegir el adecuado para su nivel de conocimiento.
Para saber si una página es buena o no es preciso ingresar a internet a corroborarlo, por ejemplo, si deseas iniciar un curso en Ubits, al googlear “Ubits opiniones” se desplegará un listado con devoluciones de antiguos estudiantes que hayan pasado por la experiencia en esa empresa.
Las opiniones sobre Ubits o sobre Crehana están disponibles en la web así como las demás webs que ofrecen cursos online. Lo importante es analizar cuál es más conveniente. Los cursos de Crehana se pueden hacer a demanda, es decir, adquirir el paquete y ver la clase en el momento deseado.
¿Hay cursos cortos?
La mayoría de los cursos online son cortos ya que no tienen la misma intensidad de materiales que una carrera universitaria. En el caso de los estudios online, tienen una flexibilidad mayor que va acompañada de clases dinámicas donde el foco es el aprendizaje práctico.
Un curso online puede darse en vivo y en directo o grabado. En ambos casos, el estudiante tiene acceso al contenido a través de preguntas, para lograr un feedback necesario en el aprendizaje, sobre todo si este no es cara a cara.
Por medio de un chat o un correo donde el estudiante puede despejar sus preguntas, podrá formar un vínculo profesor - alumno que servirá como ayuda durante todas las clases o el tiempo que dure el curso.
¿Qué se necesita para estudiar online?
Esta modalidad requiere de muy pocos materiales. Internet es la herramienta fundamental, además de una notebook o un teléfono celular para poder ver las clases y un anotador o cuaderno para tomar apuntes.
Como las clases pueden verse grabadas de forma posterior, lo ideal es contar con auriculares para no estorbar la concentración ni tampoco molestar a quienes se encuentran en la misma habitación. Un obstáculo normal es convivir con otras personas que ciertamente no comparten horarios y actividades, por lo que hay que amoldarse.
Aunque los estudios a distancia ya existían en universidades que ofrecían sus servicios a través de la web o instituciones privadas que también los brindaban, esta modalidad tomó mayor protagonismo durante la pandemia por varias razones. La primera fue la imposibilidad de salir de las casas, lo que llevó a la segunda: ocupar el tiempo.
A medida que más personas comenzaron a trabajar con la modalidad homeoffice y a evitar perder tiempo en el viaje, más tiempo quedaba libre en las rutinas de miles de trabajadores. Algo que empezó a ocurrir fue que muchos decidieron invertir tiempo en aquellas cosas que les gustaban.
Pasó también que algunas personas aprovecharon a estudiar y a perfeccionarse en determinadas temáticas para cambiar de trabajo y conseguir uno deseado o que realmente les interese. Otro grupo de gente se inició en el mundo de las redes y de los emprendimientos, temática para la que también debieron instruirse.
¿Puedo hacer cursos de lo que sea?
Lo increíble es que sí. Páginas como Crehana ofrecen cursos desde Marketing Digital hasta pintura botánica. El beneficio de hacer estos cursos está en su corta duración, que permite estudiar de dos a seis meses un tema y obtener un certificado que avale los conocimientos.
Los estudios online permiten, además de gestionar el tiempo, tener un acceso libre al material, con la posibilidad de consultarlo nuevamente las veces que sea necesario y recurrir a él en momentos de repaso y olvido de alguna de las clases.
Al tener varios niveles, los cursos online están orientados a profesionales que buscan perfeccionarse en alguna temática o a principiantes que quieren conocer más y no saben por dónde empezar. Cada curso tiene en su descripción el detalle de las temáticas y unidades a abordar, incluso los objetivos de cada clase.
Por lo general, hay un trabajo final que sirve para consolidar lo aprendido durante las clases y dar un cierre a cada cursada. Incluso lo que ocurre en algunos casos es que se forman grupos de trabajo que terminan por forjar amistades con futuros colegas.
A pesar de que las cursadas online parezcan solitarias, siempre puede encontrarse un sentido de grupo e incluso se puede conocer a alguien en la distancia y formar una amistad virtual, con la posibilidad de encontrarse luego. Estos métodos amplían el abanico de conocimiento estudiantil pero también cultural y social.
Por último, siempre que se termina un curso existe la posibilidad de hacer otro que perfeccione o profundice algunas herramientas aprendidas en el inicial. Al tener varios niveles, siempre se puede saber un poco más hasta convertirse en experto o avanzado en temas de interés.