Ariel Cabrera (42 años), uno de los sospechosos que era buscado por el crimen de Ivana Garcilazo a la salida del clásico Central-Newell’s ocurrido el 30 septiembre pasado, se entregó en la mañana de este jueves junto a su abogado en la sede de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). El fiscal Gastón Ávila lo llevará a audiencia imputativa por homicidio agravado.
Sergio Larrubia, el abogado que lo acompañó, reveló que Cabrera se contactó hace dos días con su estudio para manifestar su voluntad de presentarse "para aclarar la situación, cómo fueron los hechos". El letrado se excusó de dar más detalles en virtud del secreto profesional.
Cabrera, que había sido identificado en una filmación como una de las tres personas que arrojaban piedras a los hinchas de Central que pasaban por Ovidio Lagos y Montevideo, es profesor de Educación Física, era entrenador del club Social Lux y había sido parte también de la escuela de fútbol de Newell’s.
El sospechoso estaba prófugo luego de haber sido allanado su domicilio en Ibarlucea y otra casa relacionada con su persona. Ayer, el fiscal Gastón Avila, a cargo de la investigación del homicidio, difundió su foto junto con la de Damián Reifenstuel, también docente, con domicilio en Pérez y que continuaba siendo buscado este jueves a la mañana. Hay un tercer sospechoso no identificado.
Según los datos que aportó el fiscal Ávila este miércoles en conferencia de prensa, Cabrera continuó con su rutina después del crimen de Ivana Garcilazo. Incluso fue al velorio de un jugador de Social Lux que la semana pasada falleció por una neumonía bilateral. Modificó su aspecto físico (se cortó el cabello, un rodete que usaba hacía unos cinco años). Recién cambió bruscamente su actividad desde que el Ministerio Público de la Acusación difundió el pasado lunes el video en el que se lo ve correr en la zona donde fue asesinada de un piedrazo la simpatizante de Rosario Central.
En la investigación permanece prófugo el profesor de química Damián Reifenstuel (42), que ya fue allanado por la División de Homicidios de la Agencia de Investigación Criminal en Rosario y en la vecina ciudad de Pérez. Ese sospechoso, a diferencia de Cabrera, interrumpió abruptamente su rutina después del ataque. Pasó parte de enfermo a los establecimientos educativos donde tenía cargo docente y posteriormente renunció, según sostuvo el fiscal. También se presume que hay una tercera persona que arrojó cascotes, pero no está individualizada.
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