La pareja de limpiavidrios que el pasado martes asaltó y golpeó brutalmente a un hombre de 82 años para robarle la batería de un auto fue imputada y quedó presa. Se trata de los delincuentes que fueron aprehendidos en Pellegrini y Cullen después del ataque. Patricio Gigena, la víctima, sigue internado en el Sanatorio Plaza con asistencia respiratoria y con pronóstico reservado.
La fiscal Georgina Pairola acusó a Walter Ezequiel Varela y Brenda Joana Barreto, ambos de 30 años, por robo doblemente calificado (por causar lesión grave y por usar un arma) en concurso ideal con homicidio criminis causa en grado de tentativa. La jueza Silvia Castelli les dio prisión preventiva efectiva por el plazo de ley.
De acuerdo a la evidencia recolectada por Pairola, los delincuentes fueron captados por la cámara de un local de la zona de Montevideo al 5800, donde está el taller de Patricio Gigena, la víctima. Las imágenes los expone saliendo del lugar con una batería envuelta en celofán valuada en 23 mil pesos aproximadamente.
Con las mismas prendas fueron aprehendidos tres horas después por personal de la comisaría 14ª en Pellegrini y Cullen, donde ambos suelen estar parados limpiando los vidrios de los autos que transitan por esa arteria de la ciudad. También se les incautó los 230 pesos que llevaban y el palo con la escobilla para limpiar parabrisas.
La batería no fue hallada por el momento. Se presume que pudo haber sido dejada en una precaria casa de las vías del ferrocarril y Pellegrini, o que ya fue vendida por los mismos sospechosos.
De la acusación también se desprende que una vecina encontró a Patricio tirado en el suelo del taller y llamó para pedir asistencia médica a las 17.21 del pasado martes. La ambulancia del Sies llegó al lugar, según los registros, a las 18.10, casi una hora después.
Por la delicada lesión que sufrió Gigena, la demora en la atención médica podría resultar clave. A eso se agrega que la hija de la víctima dijo el miércoles pasado en Radio 2 que desconocían “cuánto tiempo había pasado” entre que recibió un palazo en la cabeza y lo halló una vecina tendida en el suelo.