El ministro de Seguridad Marcelo Sain dijo el jueves en una extensa entrevista en Radio 2 que la violencia de Rosario está concentrada principalmente "en el 13 por ciento del territorio". Esos lugares, considerados "calientes" en el mapa del delito, están distribuidos en distintos distritos de la ciudad, donde ocurre el 40 por ciento los crímenes y los heridos de arma de fuego.
Hay barrios donde la violencia se sostiene en un alto nivel hace aproximadamente una década. En esas zonas se suceden disputas territoriales por la venta de droga, grescas fatales y venganzas. Los lugares "calientes" son principalmente Nuevo Alberdi, Zona Cero, el Cordón Ayacucho y el sector de Grandoli y Gutiérrez.
Los altos índices de violencia también se observan en los barrios Bella Vista; Villa Pororó; Villa Banana; Vía Honda; Las Flores; Empalme Graneros y Ludueña; y Triángulo. En esos lugares, que representan cerca del 12 por ciento del territorio de Rosario, ocurren en promedio cuatro de cada diez crímenes y heridos de arma de fuego.
Del análisis del Observatorio de Seguridad Pública se desprende que cada uno de los lugares tienen distinta dinámica, pero coinciden en que allí reside población con necesidades básicas insatisfechas, condiciones habitacionales precarias, carencia de servicios básicos, y están atravesados por la violenta disputa por la comercialización de estupefacientes.
Del seguimiento se desprende que la intervención en esas zonas no debe ser meramente policial, sino con una presencia más integral del Estado a través de políticas públicas de desarrollo social. "Tenemos un gerenciamiento violento en los territorios. Gran parte de esos mandamientos para esas acciones letales son ordenadas por líderes criminales que están encarcelados", dijo el jueves Sain en Radiópolis (Radio 2).
"No hay que dejar de tener en vista que hacer seguridad pública tiene que tener una mirada más abarcativa. Porque acá hablamos del mundo plebeyo del narcotráfico en Rosario. Lo que no hablamos es que es para abastecer de droga a la clase media y alta. Parte de esa rentabilidad después es lavada por centros financieros de gente honesta", agregó.