El fiscal Franco Carbone se refirió a la investigación que este miércoles culminó con siete personas detenidas tras ser imputadas por su presunta participación en una saga de ocho amenazas y atentados que tuvieron como objetivos el Sindicato de la Carne y distintos frigoríficos. El funcionario dijo que hay dos presos que están señalados por enviar órdenes desde el encierro y que ya poseen restricciones, por lo que solicitó intensificarlas.
Carbone explicó que como instigador de los ataques, la Fiscalía identificó a Cristian Nicolás “Pupito” Avalle, un recluso ligado con la banda de Los Monos alojado en la cárcel federal de Ezeiza, ya conocido por distintas investigaciones sobre hechos de extorsiones contra sindicatos y venta de drogas.
Según explicó el fiscal, Avalle daba órdenes desde su pabellón a través de un teléfono fijo o un celular –que no fue hallado–. Quien recibía los recados era un preso alojado en la cárcel de Piñero, Fabrizio Hernández.
“A partir de ahí bajaban las órdenes a distintas personas. Una de ellas es el ejecutor de los hechos que fue aprehendido la semana pasada en cercanías de la empresa Sugarosa con tres notas que tenían amenazas al sindicato, bombas molotov y la moto utilizada en varios de los hechos”, dijo Carbone, refiriéndose a Carlos Damián Rubio, soldadito imputado este miércoles.
En cuanto a las motivaciones de la saga que este mes tuvo como blancos al edificio del gremio de la Carne y a las principales firmas del sur rosarino y de Villa Gobernador Gálvez, Carbone analizó que “la principal víctima es el Sindicato de la Carne”.
“Estuvimos hablando con José Alberto Fantini, el titular de la Federación de la Carne, que mostró mucha preocupación, al igual que todos los frigoríficos. No sé si es una interna sindical; lo que sí nos dijo Fantini es que nunca recibió una exigencia de dinero”, dijo Carbone.
“El Sindicato tiene 50 mil afiliados a nivel país y más de 5 mil en Santa Fe. Es mucha gente. En el medio hay un montón de situaciones, paritarios, delegados e intereses. Es difícil, pero confío en que estamos cerca de la hipótesis final”, analizó el investigador.
En esa trama a dilucidar, dijo el funcionario del MPA, “sobrevuela un grupo identificado con la barra brava de Newell’s Old Boys”, en cuyas filas, no es novedad, “ha tenido presencia el Sindicato de la Carne”.
Carbone indicó en conferencia de prensa que Pupito Avalle hablaba por teléfono en un «lenguaje encriptado» en sus comunicaciones. El hombre de los Monos alojado en Ezeiza comparte pabellón junto a otros notorios miembros de la banda como Leandro “Pollo” Vinardi y Carlos “Toro” Escobar, ambos ligados con la barra leprosa.
“Muchas veces cuesta entenderlo –dijo Carbone sobre la jerga de Pupito–; uno conoce otras imputaciones y es parte del grupo de fiscales que lo investiga, entonces es más fácil poder llegar a entender qué hay detrás”.
Al término de la audiencia el juez Pablo Foppiani dispuso la prisión preventiva efectiva por el plazo de ley para Avalle, Hernández y Rubio. Y la prisión domiciliaria con tobillera Miranda Abril E., Gladis Yolanda R. –pareja y madre de Avalle, respectivamente–; Milagros Aylén A. y Nair Joana A. por el mismo plazo. Estas dos últimas son la hermana y la pareja de un octavo sospechoso con pedido de captura. Además, el magistrado dispuso que se limite el tiempo de comunicación y que los números telefónicos a los que pueda llamar Avalle sean solo líneas fijas.