Los policías Milton Bondi y Gabriel Godoy –quien había resultado absuelto en la causa por desaparición y muerte de la sanlorencina Paula Perassi– comenzaron a ser juzgados por haber tenido participación en el crimen del narcotraficante Marcelo “Coto” Medrano, ocurrido en septiembre de 2020 en la YPF de Granadero Baigorria ubicada en Eva Perón y San Martín. El fiscal Luis Schiappa Pietra adelantó que pedirá una pena de 17 años para Bondi y de 20 años para Godoy.
De acuerdo a la teoría del caso, el móvil del asesinato está vinculado a que Gabriel Godoy –a quien le balearon el frente de su casa en agosto de 2020 en Fray Luis Beltrán– es hermano del presunto narcotraficante Daniel Godoy, por entonces rival de Medrano en el negocio del narcotráfico.
Según la acusación, a las 23.15 del 10 de septiembre de 2020, Medrano estacionó el Ford Fiesta blanco en el que iba acompañado de su pareja y su bebé y bajó para hacer unas compras. Cuando volvía al auto, de una Eco Sport blanca que se había estacionado al lado bajaron dos personas que le dispararon. “Coto” intentó escapar corriendo, pero lo persiguieron y en el piso lo remataron con 14 tiros.
Por los datos ventilados por el fiscal, Bondi fue quien se encargó de que la pareja de Medrano no pudiera defenderlo, apuntándole con un arma de fuego, mientras que Godoy esperaba en el auto sentado en el asiento del conductor para darse a la fuga.
La pareja de Medrano fue la que reconoció a los dos acusados y es la principal testigo del juicio en el que el Schiappa Pietra aseguró que la prueba obtenida sobre la base de testimonios, pericias telefónicas y videos registrados por cámaras del lugar serán suficiente para condenar a ambos.
Por su parte, la defensora pública Adriana Lucero aseguró que la fiscalía no podrá probar el vínculo de Bondi con Medrano ni la existencia de un plan criminal que lo involucre. Alegó que Bondi se conocía con Godoy porque ambos eran policías y en el momento del homicidio su defendido estaba en la comisaría.
Por su parte, el abogado José Nanni, en representación de Godoy, quien llegó al juicio en libertad habiendo estado preso solo cuatro meses, alegó que hay pruebas científicas y objetivas que demuestran que Godoy estaba en otro lugar, razón por la cual le fue otorgada la libertad durante la etapa de investigación. Según su teoría, Medrano no era una persona fácil de ubicar y solo dos personas sabían que estaría en la YPF aquella noche: su pareja y un mecánico con el que iba a reunirse en aquel lugar para pagarle un trabajo que le debía.
Ambos defensores pidieron la absolución de los acusados.