Un joven ligado a la banda de Los Monos se declaró responsable de haberse escapado de una seccional policial en la Nochebuena de 2021. Por ello, y otra causa de portación de arma, recibió una pena de 3 años y 10 meses. El monto se unificó finalmente en 7 años y 10 meses, al sumarse un expediente federal de narcomenudeo.

El 17 de octubre último, Maximiliano Pioli (24) firmó un acuerdo abreviado que avaló la jueza Hebe Marcogliese por evasión y portación de arma, y así cerró un capítulo judicial abierto el 23 de diciembre de 2021. El legajo penal puso otra vez de manifiesto la precariedad de las viejas dependencias policiales y los problemas eventuales del alojamiento de reclusos. Una problemática endémica en materia de seguridad pública, más allá del color de la gestión.

Según la investigación que estuvo a cargo del fiscal José Luis Caterina, ese día de diciembre, Pioli había sido detenido por personal del Comando Radioeléctrico en un pasillo de Espinosa y Doctor Riva, en el barrio Moderno de la zona oeste.

Pioli advirtió la presencia policial, salió corriendo y fue aprehendido en el fondo de las viviendas. Allí le secuestraron un revólver calibre 38 sin numeración visible y una cantidad de droga que no trascendió, pero le valió un expediente ante el Juzgado Federal N° 4.

Por el material estupefaciente hallado, Pioli fue a parar al penal transitorio de la vieja comisaría 6ª, ubicada en San Luis al 3200, de barrio Echesortu.

Es que en ese momento la seccional era sede del Departamento Regional de Investigación Criminal sobre el Narcotráfico N°2, dependiente de la entonces llamada Agencia de Investigación Criminal (AIC).

Hoy, vale aclarar, el nombre mutó a la sede de la Brigada de Microtráfico, que no es más que una de las tantas encarnaciones de la Dirección de Drogas de la Policía provincial. El movimiento en la seccional, sin embargo, es mayor desde que Santa Fe desfederalizó el narcomenudeo en 2024.

Lo cierto es que el escape de Pioli dejó al descubierto más de una falencia en una sede policial cuya cámara de seguridad en la entrada –la única– no funcionaba.

Regalo de Navidad

Pioli se esfumó del calabozo el 24 de diciembre por la noche, cuando un solo oficial quedó a cargo, ya que el personal restante había acordado salir unas horas para brindar con familiares. El detenido estaba allí a la espera de ser imputado. Pero para la madrugada su celda estaba vacía.

El escape le valió un pedido de captura a Pioli y una imputación (en libertad) al efectivo Hugo Rivero por favorecimiento de la evasión y abuso de autoridad. La Fiscalía planteó dos posibilidades: la complicidad en la fuga o la negligencia en la custodia del detenido. La causa no avanzó.

En las primeras horas de su fuga, en plena Navidad, el nombre de Pioli sobrevoló un resonante incidente en el barrio 17 de Agosto, el bastión territorial de Los Monos.

Según una versión policial que llegó a la Justicia, un grupo de efectivos de la Policía de la Acción Táctica (PAT) tenía el dato de que el fugitivo se había refugiado en ese barrio del sur. Allí fueron a buscarlo, sólo para ser recibidos con una lluvia de plomo que descargó un grupo de tiratiros y sicarios comandados por Luciano “Lucho” Cantero, que esa noche había recibido la Navidad a los tiros.

Arsenal secuestrado

Los allanamientos posteriores para dar con Pioli también depararon sorpresas. El 25 de febrero de 2022 durante un allanamiento en Juan de Casal y Espinosa los pesquisas de la AIC secuestraron una ametralladora UZI con el cargador vacío, una Bersa TPR calibre 9 milímetros en su caja y dos cargadores. Junto a esas armas, otra pistola marca Glock 17 del mismo calibre con tres cargadores para 17 proyectiles y uno para 31, también vacíos e igualmente en su caja de fábrica. Además, dentro de un bolso había además una pistola Pietro Beretta 9 milímetros, otra Browning calibre 38, una Bersa Thunder calibre 22 y una Browning 9 milímetros, todas con sus cargadores y la mayoría en sus cajas originales, con el número de serie sin alterar.

El arsenal hallado mientras buscaban al fugitivo.

El acopio armamentístico estaba en la casa de un hombre de 64 años que avisó sin que mediara interrogatorio –siempre según las fuentes policiales– que en la noche de la víspera unas personas le dejaron armas para guardarlas.

En un operativo del siguiente 5 de marzo, también en calle Espinosa al 5300, Pioli finalmente fue detenido. En el domicilio la Policía secuestró dos panes y medio más 48 envoltorios de marihuana y 217 envoltorios de cocaína. Por esta droga, la Justicia federal le impuso en junio pasado 4 años de prisión efectiva. Todo se unificó ahora en 7 años y 10 meses.