La investigación de los casos de robo y abuso sexual de varias mujeres este año en Rosario encadenó una serie de datos aportados por víctimas, testigos y cámaras de seguridad hasta finalmente dar, la semana pasada, con el hombre sindicado como autor de los ataques.
El periodista Hernán Funes presentó este lunes en Telenoche (El Tres) un informe donde, paso a paso, expuso cómo se armó el rompecabezas para concretar la detención. Una cicatriz y una moto fueron las claves.
En uno de los hechos, una mujer abusada logró retener parte de la patente del rodado con el que el agresor escapó. Tenía dudas sobre el tercer número: dijo ver un 834 o un 836.
En otro asalto seguido de abuso, una cámara tomó la placa del rodado pero la numeración no era legible. Las imágenes se hicieron analizar por un perito, que usó un software especializado y consiguió obtener el número restante (era un 6) y dos letras: la primera era una J y la última, una T, según se estableció.
En el Registro del Automotor, realizaron pruebas hasta que salió un resultado existente: 836-JMT. Así llegaron a una mujer que figuraba como titular de una Honda CB1 125cc. Y también determinaron que un hermano estaba autorizado a manejarla.
En otra búsqueda a través de redes sociales, los investigadores notaron que la dueña del vehículo tenía dos hermanos varones, uno de los cuales presentaba una visible cicatriz en el rostro, como habían descripto varias de las víctimas.
Luego de la tarea para identificarlos, los mismos efectivos de una Brigada del Área Operativa de la Policía de Investigaciones (PDI) los ubicaron, siguieron y pudieron comprobar que ambos trabajaban como cadetes en una pizzería de calle Zeballos al 2000, en el macrocentro rosarino.
La fiscal Alejandra Raigal, del Ministerio Público de la Acusación (MPA), ordenó entonces la detención de los dos hombres para realizar una rueda de reconocimiento, en la cual siete mujeres que sufrieron asaltos y/o abusos reconocieron a Pablo B., de 24 años, que este domingo fue imputado por abusos sexuales (en algunos casos con acceso carnal), robo calificado y simple y privación ilegítima de la libertad, quedando en prisión preventiva.
Como en los hechos siempre estuvo clara la participación de un solo hombre, sólo el apuntado por las mujeres quedó detenido. Y eso se complementó con los elementos encontrados en su casa.
Los allanamientos de la PDI permitieron además secuestrar materiales clave como prendas de vestir y algunos elementos que se suponen robados en los violentos asaltos.
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