Tres hombres oriundos de la ciudad de Córdoba fueron detenidos este sábado por la tarde sobre bulevar Avellaneda al 900, luego de una intensa persecución que se inició cuando agentes policiales identificaron un vehículo que, tan solo momentos antes, había sido denunciado como robado.

La situación comenzó varias cuadras antes del lugar en el que se produjeron las detenciones, cuando efectivos de la Brigada Motorizada de la Unidad Regional II vieron a tres sujetos en un Peugeot 208 color blanco que se desplazaba por Avellaneda a la altura de Vélez Sarsfield.

En ese momento confirmaron que las características del vehículo coincidían con las aportadas por un denunciante momentos antes en una llamada al 911, cuando el propietario del auto robado se comunicó para advertir sobre escruches de vehículos en la zona de Presidente Roca y Wheelwright, cometidos mediante el uso de un inhibidor de señal para neutralizar las cerraduras electrónicas.

Los delincuentes se estrellaron con un almacén ubicado sobre Avellaneda al 900.

Cuando la policía le ordenó a los sospechosos que se detuvieran, estos hicieron caso omiso a la voz de alto e iniciaron un intento de fuga por el que se desató una persecución sobre Avellaneda mano hacia el sur, y que se extendió a lo largo de 2,5 kilómetros.

Fue a la altura de calle San Luis cuando, producto de una mala maniobra a alta velocidad, el vehículo en el que iban los delincuentes se estrelló primero contra un local de comidas y luego contra un almacén.

Así quedó el vehículo tras el choque.

Tras el choque, uno de ellos quedó atrapado dentro del auto y fue aprehendido en el lugar. En tanto, los dos restantes intentaron darse a la fuga a pie y terminaron siendo detenidos en pasaje Nicolorich.

Luego, los efectivos constataron que los detenidos (de 20, 25 y 31 años) habían retirado las chapas originales de dominio del vehículo y colocado en su lugar otra patente distinta. Además, les secuestraron dos yugas, 1 inhibidor, 2 destornilladores y 3 teléfonos celulares.

Una víctima muy conocida

 

Según las primeras informaciones, a los delincuentes se los señala como presuntos responsables de otros hechos de robo, habiendo tenido uno de estos como objetivo el vehículo de Carlos Quintana, defensor de Rosario Central.

Por si fuera poco, los delincuentes habrían cometido también un robo en calle Riobamba al 1100, en donde le habrían robado las llaves de su vehículo a otro hombre.