Este sábado por la noche se registraron disturbios en el polideportivo 9 de Julio que desde el 10 de julio funciona como refugio municipal y brinda techo y comida caliente a personas en situación de calle. Todo comenzó con una persona ebria que arremetía contra la fachada y terminó a los cascotazos y con dos policías heridos. Vecinos aseguraron que desmanes de este tipo son “cosa de todos los días” y que muchas personas llegan ebrios al refugio y dejan su materia fecal en el piso.
Según fuentes oficiales, los disturbios comenzaron a la medianoche, cuando la Guardia Urbana Municipal (GUM) intentó calmar a un hombre que golpeaba las ventanas del polideportivo, a cargo de Leopoldo Duarte, de la secretaría de Desarrollo Social.
Joel T. no hizo caso y se enfrentó los oficiales que llamaron a la policía. Por un momento, pareció serenarse, pero luego reanudó sus agresiones. Golpeó al oficial César Robledo en el pecho y se pidieron refuerzos. Fue entonces, cuando comenzaron a volar desde adentro del polideportivo varios piedras de tamaño considerable; algunas de ellas, golpearon al subinspector Pablo Bruno quien junto a Robledo terminó en el hospital Roque Saénz Peña.
Joel fue finalmente esposado y trasladado a la comisaría 15ª.
Con todo, vecinos de la zona aseguraron a Radio 2 que desmanes de este tipo son “cosa de todos los días” y que muchas personas llegan ebrios al refugio y dejan su materia fecal en el piso.