El presidente argentino levantó polvareda en la convención ultraderechista “Europa Viva 24” este fin de semana en Madrid. Sabe cómo hacerlo: busca un blanco, apunta y lanza el dardo. Un dardo elegido cuidadosamente para generar impacto. Le encanta. Hoy todos hablan de Javier Milei. Muy pocos de la cumbre. A la vuelta del viaje explicó que a Pedro Sánchez no le va a pedir disculpas, bajo ningún punto de vista: “¿Cómo le voy a pedir disculpas si yo fui el agredido?”, preguntó. El economista siempre redobla la apuesta.
El mundo se encuentra cada vez más polarizado, donde una parte de la sociedad desilusionada con el estado actual de las cosas, adhiere a las ideas más radicales. Esto hace que sea cada vez más fácil diferenciarse. También hace más fácil poner al “otro” en el lugar de enemigo. No hay grises. Solo blancos y negros. En esta dualidad se ubican Pedro Sánchez y Javier Milei. La pregunta que surge –después de este tire y tire donde nadie afloja– es ¿quién gana y quién pierde?
Para el mandatario argentino, Pedro Sánchez es socialista y punto. Esto le permite ubicarlo sin titubeos en el otro extremo de la cuerda. El mensaje es muy claro: “El cáncer de la humanidad es el socialismo”. Por lo cual, el español es el mal a extirpar. Milei no dialoga con él porque piensa distinto. No le interesa el intercambio de ideas. Se nutre y se alimenta de la confrontación de la manera más vulgar e indecorosa. Lo ha hecho hacia afuera con López Obrador, Petro, Lula y también hacia dentro. No solo con opositores, sino con economistas, gobernadores y aquel que apenas lo critique.
Milei gana poder enfrentándose a todo. La radicalización en su discurso es su combustible. La indignación y el odio construidos en el mensaje que transmite son el motor emocional y el movilizador de masas. El objetivo de este viaje a Madrid, aunque trató de disfrazarlo de viaje de Estado reuniéndose con hombres empresarios de segundas líneas, fue personal. El libertario estima que su rol va mucho más allá de ser presidente de Argentina. Considera que está peleando la batalla cultural internacional contra “los rojitos”.
En una entrevista que dio a la prensa este lunes lo dejó muy claro “La gira ha demostrado nuevamente que soy el máximo exponente de la libertad a nivel mundial”. Además, Milei se definió como una persona que está "en otra liga". Y detalló “donde yo voy, digamos, genero un terremoto”. Claro, sabía que provocando a la principal figura política del país anfitrión, la respuesta iba a ser contundente. Es lo que lo pone en el centro de la escena.
En tanto, el mandatario no miente cuando afirma que Pedro Sánchez se entrometió en los asuntos internos argentinos al hacer campaña abierta para Sergio Massa. Tampoco cuando dice que ellos la empezaron. Aunque ahora, el argentino le está pagando con la misma moneda. Este se involucró en la campaña de VOX para las inminentes elecciones europeas, exacerbando la animosidad de un sector de la población española contra el socialismo.
El líder del PSOE, con modales más suaves y civilizados, intenta también capitalizar el juego que abrió Milei para ganar votos parlamentarios. Se ubica en las antípodas cuando expresa que la cumbre de la extrema derecha se realiza en su país porque “España representa lo que ellos odian: feminismo, justicia social, dignidad laboral, Estado del bienestar y democracia”. Entonces, es muy rápida la reacción de Milei que, pensando en su electorado local, declara: “Lo que pasa en España está promovido desde el kirchnerismo para armar revuelo acá”.
Un gran logro de Sánchez fue el masivo rechazo de empresarios a las declaraciones de Javier Milei. Son las mismas compañías que se reunieron el sábado con el mandatario: Telefónica, Abertis, Proeduca (UNIR), Banco Santander, BBVA, Iberia, etc. El mensaje común fue que los dichos de Milei “no se corresponden con los de dos países amigos y hermanos”. Las relaciones económicas bilaterales son muy importantes. España es el segundo socio inversor de Argentina, detrás de Estados Unidos, y el primero de Europa.
Sánchez fue incluso más lejos intentando que la derecha moderada se le una a la condena. Si bien logró ciertos apoyos, no pudo encolumnarlos. El PP emitió una declaración apuntando que la agredida no fue España y sus instituciones, sino la esposa del líder de un partido político. Y le reprocharon que convertir a su mujer “en la razón de una posible ruptura de las relaciones diplomáticas entre España y Argentina, es exagerar muchísimo”.
Detrás de este intento, se esconde una jugada política del presidente del gobierno español. Según los últimos sondeos para las elecciones de junio, su partido, el PSOE, mantiene un muy cercano segundo puesto, detrás del PP. Mucho más lejos se encuentra VOX, que pretende dar el batacazo. La intención de Sánchez es acrecentar la polarización entre el PP y VOX, es decir, entre la derecha y la extrema derecha. De esta manera, los votantes más conservadores migrarán al extremo y le quitaría votos a la derecha moderada.
En este juego, la extrema derecha se encuentra más compacta que nunca. El líder de VOX Santiago Abascal, anfitrión de “Europa Viva 24”, justificó que Milei haya salido a "responder a unos ataques permanentes" de diferentes dirigentes del gobierno español. Y expresó que el actual dirigente del PSOE "no es el rey, aunque él se lo crea". A lo que agregó que dejar a Argentina sin embajador es un "capricho personal" de Pedro Sánchez.
Es el juego político contemporáneo que poco a poco va tomando lugar en gran parte del mundo. El objetivo es movilizar a la sociedad hacia los polos. Pero para ello, tiene que haber un punto de convergencia. De hecho lo hay. Tanto Milei como Sánchez se notan muy cómodos, plantándose como los referentes de esta contienda política e ideológica global. Uno en una punta y el otro en la otra.