Las elecciones son el momento en que por vía del voto los ciudadanos consolidan o redistribuyen el poder político. Y las de 2023 están más destinadas a lo segundo que a lo primero. El sistema político lo olfatea, y por eso se producen picos de tensión interna como los que se vieron en las últimas horas en el PRO y en el Frente de Todos por la fecha de las elecciones y la forma de votar que fijaron Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof. Cuando hay tanto en juego, ya sea para ganar o por perder, cada detalle es una batalla en sí misma. En este caso se trata de dos distritos con profunda incidencia en el resultado de la elección presidencial. La primera porque es la casa chica del PRO, motor de Juntos por el Cambio; la segunda porque allí vota entre el 35 y 40% del padrón nacional.
Horacio Rodríguez Larreta fijó las elecciones en CABA el mismo día que las nacionales. Hasta ahí todo bien. Pero hizo caso omiso a que se vote todo junto, con boleta papel sábana como le pedían Macri y el resto. Votar el mismo día con dos sistemas distintoa no tiene mayor complicación, Santa Fe sabe de eso. La discusión no es por las buenas formas, ni la transparencia, sino por poder. Mauricio Macri quiere volver a controlar la Capital, entonces pedía una boleta sábana de papel para desequilibrar a favor de su primo Jorge con el arrastre nacional ante la candidatura de Martín Lousteau, que no tiene un presidencial de arrastre en las Paso como pueden ser Patricia Bullrich o el mismo Larreta.
El jefe de Gobierno de CABA unificó el día pero no el sistema de votación y dejó con vida al radicalismo. Honra así acuerdos que traspasan la avenida General Paz y que va a capitalizar en el interior del país a la hora de hacer campaña presidencial con parte del aparato radical. Con Macri fuera de carrera, el proceso de redistribución de poder está en marcha. Larreta no sólo desafió al expresidente, también lo usó de ejemplo para los que critican moderación o tibieza: “¿Les quedó claro que voy a fondo?”, se envalentonó.
En provincia de Buenos Aires Kicillof jugó una carta novedosa. Fijó fecha para votar las Paso, pero no las generales. Las dejó supeditadas a cómo evolucione la situación en el oficialismo. Si el presidente Fernández mantiene su idea de ir por la reelección, o a medida que avanza el año se ve que las chances de retener la Casa Rosada son remotas, entonces desacoplará las elecciones provinciales en busca de salvar la provincia y evitar el efecto arrastre de la boleta sábana. Los oficialismos tienen la ventaja de poder acomodar las fechas electorales a su conveniencia, pero una maniobra así rompe los moldes. La crisis del Frente de Todos parece que lo vale: el cristinismo definió que Buenos Aires es su trinchera y no está dispuesto a atar su destino al de Alberto Fernández. A excepción, por supuesto, que Cristina sea la candidata, o que ella conduzca la estrategia electoral.
El capítulo Santa Fe
En Santa Fe el proceso de redistribución de poder se inició con la muerte de Miguel Lifschitz. La idea de un gran arco opositor que venía enhebrando siguió adelante, pero se desdobla el desarrollo de esa construcción: al tiempo que avanza con el objetivo original de reconquistar el gobierno provincial, en una dimensión paralela se agregó la disputa por el o los liderazgos que reemplacen el del ex gobernador. Las Paso serán el instrumento para empezar a ordenar esa segunda dimensión.
La senadora Carolina Losada estira su definición sobre la candidatura a gobernadora, más por las definiciones que faltan a nivel nacional que por la provincia: “Estoy trabajando plenamente enfocada en Santa Fe, en el plan para gobernar la provincia”. Tiempo al tiempo para el sí. Ocurrirá cuando confluyan lo nacional y lo provincial. También es el contexto por el que se menciona a Federico Angelini como posible compañero de fórmula. El diputado rosarino asumirá esta semana en lugar de Patricia Bullrich la presidencia del PRO nacional.
Maximiliano Pullaro, el primero que mostró la ambición de construir un liderazgo sobre el vacío que dejó Lifschitz, lanza su precandidatura a gobernador el 20. Eligió un lugar alegórico: la ciudad de Esperanza. Proyectó un acto modesto: será único orador y no habrá presentación de otras candidaturas. Para eso hay tiempo, pero el ex ministro de seguridad, fiel a su estilo, decidió lanzarse antes que el resto, incluso antes de la presentación del frente de frentes el 25 en Cayastá. Es una forma de recuperar iniciativa después de que radicales, socialistas, el PRO y el javkinismo no lo invitaran a la cita en la ciudad de Vera 15 días atrás. Mientras tanto suma de a uno para pelear las PASO, que es lo que vale. A su acuerdo con la rama evangélica del diputado Walter Ghione, el viernes sumó una pata agropecuaria a través del sello UNIR que en Santa Fe lidera Dieter von Pannwitz, referente de los productores autoconvocados.
Sin embargo la mayor novedad son las conversaciones con el concejal Miguel Tessandori para una potencial candidatura a intendente. De concretarse sería el ingreso al frente de frentes de un jugador que en su debut en política, en 2021, se llevó una buena tajada de votos que, se presupone, se fugaron de las listas de concejales del intendente y de Juntos por el Cambio. En los equipos de Pullaro admiten que hubo conversaciones pero aseguran que no hay nada concretado. Afirman que hoy los nombres del espacio son Gabriel Chumpitaz y Jorge Boasso. Y que Pullaro requiere un perfil de orden y seguridad en línea con su proyecto político y de poder provincial.
Después del sabor amargo que le pudo dejar la foto de sus adversarios internos unidos en Vera, en la casona de Italia y Cochabamba que Pullaro y su equipo usan de base en Rosario se festejaron las encuestas de Nueva Comunicación, Zuvan y Córdoba, y Managment & Fit. “En las tres «figura ganando por diferencias de entre 2 y 10 puntos. No las encargamos nosotros y son las más serias del mercado encuestador»”, se atajan, y deslizan que por ese motivo el resto se juntó en Vera.
Mientras Pullaro y Losada disputan el voto de Juntos por el Cambio, el socialismo intentará mantener abierto un carril progresista en el frente de frentes. Con Pablo Javkin decidido a pelear la reelección en Rosario, perdió sentido el debate interno y se impone la idea de ir con candidatos propios a la cabeza de listas en todas las categorías. Un mandato identitario que permita contar votos propios. Más o menos, pero propios.
En el socialismo destacan que a pesar del debate interno y las diferencias, el partido llega unido al congreso partidario del sábado próximo. Celebran también el rol legislativo en lo que fue la renovación de autoridades superiores del Ministerio Público Fiscal y el Servicio Público de la Defensa Penal, un proceso que arrancó para el escándalo y terminó encausado, con autoridades legitimadas y fortalecidas en tiempo y forma.
La filtración de que Tessandori podría competir en la PASO a intendente motivó una inquietud en el socialismo, que prepara el lanzamiento de Enrique Estévez Boero y un pedido al intendente Javkin para que, como se hizo en la provincia, se elabore un programa mínimo para los próximos 4 años, que haya conversaciones, reglas de juego y un compromiso de que pase lo que pase en la Paso habrá apoyo a quien gane. “Creemos que acumular por acumular por el temor a (una posible candidatura de Marcelo) Lewandowski no es lo más sano”, sostienen en la sede partidaria de Córdoba y Balcarce.
La centroizquierda
El reacomodamiento en el poder político santafesino irradia sobre todos los espacios. La centroizquierda irá dispersa en distintas propuestas electorales. Va por sus votantes históricos y a la caza de votos que, suponen, el socialismo perderá en la transición al frente de frentes.
En esa reconfiguración este lunes se lanza el Frente Amplio por la Soberanía, un espacio que prepara una lista de diputados provinciales que reúne a Carlos Del Frade, la socialista Claudia Balaguë, el radical Fabián Palo Oliver y Mercedes Meier, y que tiene como madrina a la ex vicegobernadora Griselda Tessio. El deseo es que la lista de concejales la encabece el secretario de Salud de la ciudad Leonardo Caruana, quien viene manteniendo conversaciones con esos dirigentes y organizaciones sociales. “Para las candidaturas falta, por ahora son los acuerdos de frentes políticos. Nosotros primero vamos a estar el 22 en el Congreso del Partido Socialista”, dicen en su grupo.
Las negociaciones no llegaron a buen puerto con Rubén Giustiniani, por lo que el diputado intentará repetir el resultado de 2019 en soledad.
En tanto, Ciudad Futura protagonizó uno de los hitos de las elecciones 2023 junto con Roberto Sukerman, al confirmar que competirán en una interna para definir el candidato a intendente. Si bien es un acuerdo que se intentó hace 4 años, ahora lo facilita la redistribución del tablero político posmuerte de Lifschitz. El desplazamiento del socialismo como eje vertebrador y el aglutinamiento de todo el arco no PJ lleva al peronismo de Rosario a buscar alianzas hacia la centroizquierda. Ciudad Futura se anima a lo que hace muchos años resistieron otras fuerzas, como el propio socialismo, y no quieren Giustiniani, Del Frade, Di Pollina y Balagué. Para protegerse de la inmensidad ideológica y simbólica del peronismo, acordó un frente acotado a la elección de intendente.
El peronismo
Sukerman y Monteverde tomaron la iniciativa, marcaron la cancha, acordaron reglas de juego y compromisos. Si llegan más candidatos (se habla de Alejandro Grandinetti por el perottismo y está pendiente la decisión de Marcelo Lewandowski) tendrán que jugar un partido que ya está empezado. Sukerman estaba exultante tras el acuerdo: “Siempre tuve claro que con el peronismo solo no alcanza para ganar Rosario, menos ahora que enfrente se juntaron todos”. Otro tanto Monteverde: su fuerza apuesta a dar un salto electoral cuantitativo que no podía dar por sí sola. Lo intentará con la promesa de que si le gana, Goliat lo apoyará para ganar el Palacio de los Leones. Difícil, pero imposible si no se intenta.
El viernes a la noche, en la presentación de su libro en Rosario, el precandidato a gobernador Leandro Busatto –también de La Corriente como Sukerman– elogió el acuerdo. “Ojalá podamos hacerlo también en la provincia, tenemos casi un mes para intentarlo”, dijo en relación al cierre de listas.
Se refería a las incipientes negociaciones entre espacios kirchneristas para sintetizar una propuesta electoral para las Paso. Porque si bien la interna Sukerman-Monteverde es exclusiva para Rosario, el acuerdo es más amplio, incluye al Movimiento Evita, a organizaciones sociales y a todo el rossismo santafesino. El Evita apoya a Monteverde y Ciudad Futura hará lo propio con la lista de diputados provinciales que encabezará Lucila De Pont. y la precandidatura a gobernador de Eduardo Toniolli. Así las cosas, se estaría dando arriba una superposición de espacios que están confluyendo por abajo. ¿Toniolli o Busatto para gobernador por ese espacio, o los dos? Por lo pronto el camporista Marcos Cleri, que no es parte de esas conversaciones, ya decidió a su conveniencia. Se vende como “el único candidato a gobernador peronista de Rosario”. En menos de un mes se verá quién queda en pie y quién no.
Esos espacios competirían en las Paso con el precandidato del gobernador Perotti. A juzgar por la puesta en escena del lanzamiento del libro que el propio mandatario le prorrogó, Roberto Mirabella será quien ocupe ese rol. Fue una presentación de libro con tufillo a lanzamiento, pero resultó un “ni”. El gobernador estuvo en primera fila, a su lado la vice Alejandra Rodenas y los ministros del perottismo puro, entre otros. A pesar de los elogios mutuos, ni Perotti dijo que Mirabella era el candidato de la Casa Gris, ni Mirabella se sintió lo suficiente empoderado para anunciarse como tal. Hay una dinámica extraña entre ambos, a pesar de que van de la mano por la política desde hace tres décadas. Hace tiempo Perotti le indicó a Mirabella que se pegara a sus actividades y así fue, pero luego eso se fue diluyendo.
Lo relevante es que el gobernador y su plana mayor asistieron a lo de Mirabella. Para más dato la presentación del libro se hizo en el Museo de la Constitución y se puso el canal de TV de la provincia a transmitirlo en vivo. O Perotti está amansando a su histórico operador político antes de darle la credencial de candidato que tanto desea, o está a la espera de alguna conversación en Buenos Aires.