Centenares de venezolanos que había emigrado a Brasil cruzaron la frontera para volver a su país en los últimos días, tras un episodio de violencia en Boa Vista, la capital del Estado de Roraima.
La mayoría dijo que se iba porque temían por sus vidas, después de que un joven venezolano fuera linchado el pasado jueves al ser acusado de haber matado a un vecino de esa localidad durante un robo.
Los venezolanos fueron recogidos por autobuses enviados por el gobierno de Nicolás Maduro.
Muchos de los migrantes habían estado viviendo en las calles de Boa Vista sin agua ni servicios higiénicos, en refugios improvisados con plástico y madera.
Sobre el linchamiento se sabe que la policía investigaba el apuñalamiento de un brasileño que supuestamente se había enfrentado a un venezolano en una pelea después de que ocurriera un robo en un supermercado.
A principios de mes, 1.200 migrantes huyeron del pueblo brasileño de Pacaraima de regreso a Venezuela después de que los vecinos atacaran su campamento, quemando sus posesiones y sus carpas.
Las autoridades locales brasileñas se quejan de que no cuentan con los recursos para lidiar con la llegada de migrantes y de que no reciben apoyo del gobierno central.