La princesa Kiko, nuera del emperador de Japón dio a luz a un niño, primer heredero varón en el seno de la familia imperial en más de cuarenta años, y que podría, en el futuro, subir al trono del Crisantemo , según han anunciado la Agencia Imperial y los medios japoneses.
El niño se sitúa tercero en la línea de sucesión al trono, tras su tío, el príncipe heredero Naruhito, de 46 años, y su padre, el príncipe Akishino, de 40. Su nacimiento levantará probablemente el debate acerca de sí las mujeres deberían poder acceder al trono, una idea a la que se oponen los conservadores, que buscan mantener una tradición que se remonta a más de 2.000 años.
Según la Agencia Imperial, la princesa Kiko, de 39 años, dio a luz al niño, de unos 2,5 kilogramos de peso, por cesárea en un hospital privado de Tokyo. Había entrado en la sala de operaciones poco antes, a la 20.00 (hora argentina). Fuentes citadas por la agencia de noticias Kyodo aseguraban que tanto el recién nacido como su madre estaban bien.
Desde 1965 (año de nacimiento del marido de la princesa Kiko, el príncipe Akishino), ningún varón nacía en la familia imperial, lo que había levantado en Japón serias dudas acerca de la continuidad de una dinastía que se remonta a 2.600 años de historia, según la leyenda.
El niño se sitúa tercero en la línea de sucesión al trono, tras su tío, el príncipe heredero Naruhito, de 46 años, y su padre, el príncipe Akishino, de 40. Su nacimiento levantará probablemente el debate acerca de sí las mujeres deberían poder acceder al trono, una idea a la que se oponen los conservadores, que buscan mantener una tradición que se remonta a más de 2.000 años.
Según la Agencia Imperial, la princesa Kiko, de 39 años, dio a luz al niño, de unos 2,5 kilogramos de peso, por cesárea en un hospital privado de Tokyo. Había entrado en la sala de operaciones poco antes, a la 20.00 (hora argentina). Fuentes citadas por la agencia de noticias Kyodo aseguraban que tanto el recién nacido como su madre estaban bien.
Desde 1965 (año de nacimiento del marido de la princesa Kiko, el príncipe Akishino), ningún varón nacía en la familia imperial, lo que había levantado en Japón serias dudas acerca de la continuidad de una dinastía que se remonta a 2.600 años de historia, según la leyenda.