“Mumuki” es la plataforma educativa que recibió el Premio Innovar 2016 en la categoría “Producto Innovador”, según publica argentinainvestiga.edu.ar.
Surgió a fin de 2014 como un experimento para automatizar guías de estudio de programación informática. Por aquella época, el objetivo era sencillo: como los apuntes en papel se desordenaban con facilidad, se perdían y presentaban errores, era necesario que la información estuviera disponible de forma clara y accesible en un formato digital. En definitiva, una herramienta destinada a los estudiantes universitarios que les simplificara la vida. De inmediato, llegarían las buenas noticias: la iniciativa tuvo una excelente recepción entre el público que comenzaba a utilizar la plataforma y a disfrutar de sus bondades.
Sin embargo y, afortunadamente, en una segunda etapa Mumuki ingresó en los colegios. Por intermedio de la tecnología Gobstones –lenguaje de programación y didáctica específico para enseñar a programar, realizado por especialistas de la UNQ– la página comenzó a ser utilizada por adolescentes. De modo que, mientras el primer objetivo fue contar con un repositorio centralizado de ejercicios, luego el timón viró hacia otras costas y los horizontes fueron distintos. “Lo que queríamos era lograr que los estudiantes de secundaria continuaran pensando en la materia sin la necesidad de la presencia del docente. Un aprendizaje más allá de las aulas”, narra Federico Aloi, docente y graduado de la UNQ, y co-creador de la iniciativa. Así, comenzaron a aparecer explicaciones interactivas que acompañaban a los ejercicios y la iniciativa adquirió nuevas dinámicas.
Por otra parte, y casi sin proponérselo, el nuevo modelo parecía resolver un inconveniente central en los niveles de enseñanza media: el ausentismo. “Pronto, por intermedio de Mumuki observamos cómo los chicos tenían la oportunidad de recuperar una clase si es que faltaban por cualquier problema”, comenta Bulgarelli. especialista de la Universidad Nacional de Quilmes.. Y continúa con otra de sus ventajas: “Se trata de una herramienta que estimula la lectura. Todo el material está pautado con un lenguaje muy ameno que, en última instancia, democratiza el acceso al conocimiento”.
El software presenta dos modalidades. La primera, que es la más extendida, se vincula con la conformación de una “organización”. Aquí, los profesores pueden crear sus cursos y administrarlos. Por otro lado, también es posible tomar el Programa para instalarlo en las máquinas. Muchas veces, para que las instituciones educativas lo utilicen es condición necesaria que sus propias computadoras lo dispongan.
Mumuki no es tan sólo una plataforma educativa. Más bien, se trata de una idea aplicada que llena de sentido el circuito comunicacional en tanto habilita nuevos modos de participación, modifica las relaciones docente-alumnos, al plantear una dinámica alternativa de aprendizaje que estimula la creatividad y promueve valores como la solidaridad y generar un imaginario de comunidad virtual. Muchas personas, desde distintas partes del globo, que ayudan a que un proyecto general prospere.
¿Por qué “Mumuki”?
Mumuki es una canción de Astor Piazzola. La plataforma recibió ese nombre porque Franco Bulgarelli, uno de sus creadores, se confiesa como un auténtico seguidor de las producciones del bandoneonista y compositor argentino. Sin embargo, en rigor de verdad, la elección no responde a meras casualidades. “Mumuki” también es útil para ilustrar las características del proyecto: es fruto de una idea que surgió en Argentina, con un contenido desarrollado en español rioplatense, que apunta a reducir el vicio que supone usar palabras en inglés para todo lo referido al campo de la informática.