La vida de Mario Luján nunca volvió a ser la misma después de aquel 6 de agosto de 2013. Cuando explotó el edificio de calle Salta 2141, no dudó en ser taxista de quienes más lo precisaban, y así se convirtió en un héroe urbano. Sin embargo, ya no ejerce este oficio que le dio la posibilidad de salvar vidas sino que fue más allá en esta vocación que descubrió tan fuerte durante la tragedia, y comenzó a trabajar en la central de operaciones de Funes.

Entrevistado por el periodista Fernando Carrafiello (Radiópolis, Radio 2), Mario confirmó que actualmente desarrolla tareas varias en la central de la vecina localidad, orientadas todas en colaborar con las necesidades de la gente. Este giro no es casual. "Ya no soy más taxista, trabajo en el centro de operaciones de emergencias de Funes, aquí me siento muy cómodo y a gusto. Tuvo mucho que ver lo que pasó en calle Salta", comentó.

"Casi todo me lleva a calle Salta, fue una enseñanza y ahora sigo acompañanado en lo que puedo a los familiares" de las 22 víctimas.

Para Lúján la experiencia de colaborar en el rescate abió una puerta que ya no puede cerrar. Se dio cuenta de que su felicidad "es la de la otra persona cuando le tendés una mano".

"No sé si es importencia o dolor pero uno no quiere olvidar. Hoy fui al Correo central y no tienen gas por lo que pasó en Salta 2141 y ahora están muertos de frío. Todo me lleva ahí", admitió. Incluso encuentra una conexión con su propio lugar de nacimiento: "Fue a la vuelta, en Moreno y Brown".

Finalmente, pidió que las muertes no queden en vano. "Siempre digo que la justicia se ejerce por derecho y razón y acá hay 22 razones", señaló.