El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, insistió en que pedirá la construcción de un muro en la frontera con México y dijo que ese país terminará pagándolo, "con impuestos o pagos" directos. Mientras tanto, su futuro secretario de Estado, Rex Tillerson, aseguró que Trump hará una "revisión de abajo a arriba" de la relación bilateral con Cuba.
Durante su primera conferencia de prensa como presidente electo, Trump manifestó este miércoles: "No quiero esperar año y medio para hacer un acuerdo con México".
"México pagará por el muro", insistió el futuro mandatario y dijo tener “respeto" por el pueblo de México y su gobierno.
Aseguró que las autoridades mexicanas "no tienen la culpa de lo que está ocurriendo" con la migración ilegal, agregó Trump en una rueda de prensa en Nueva York.
Trump no detalló de qué forma México va a "reembolsar" a Estados Unidos por los gastos que ocasione la construcción de ese muro.
"Va a pasar, ya sea por impuestos o con pagos", recalcó.
El presidente electo señaló que México "ha tomado ventaja" de Estados Unidos en los últimos años, en alusión a acuerdos comerciales que, según él, han terminado perjudicando a Estados Unidos,
"No deberíamos haber permitido que pasara", insistió.
México ya ha reiterado en numerosas ocasiones que no está dispuesto a pagar por ese muro.
Cuba
Rex Tillerson, nominado para ser secretario de Estado de EE.UU., aseguró que el presidente electo hará una "revisión de abajo a arriba" de la relación bilateral con Cuba, incluida la decisión de Barack Obama de retirar al país de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo.
"El presidente electo ha sido claro sobre que quiere iniciar una revisión de abajo a arriba sobre toda la relación con Cuba", dijo Tillerson durante su audiencia de confirmación en el Senado estadounidense.
Ese esfuerzo incluirá una "revisión integral de las órdenes ejecutivas" adoptadas por el actual presidente de EE.UU., Barack Obama, y el Departamento de Estado "examinará cuidadosamente los criterios por los cuales Cuba fue eliminada" de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo y "si esa decisión fue apropiada".
Obama ordenó en abril de 2015 la retirada de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo, elaborada anualmente por el Departamento de Estado y en la que la isla permanecía desde 1982, lo que suponía la imposición de sanciones como la prohibición a la venta de armas y a la ayuda económica.
La salida de esa lista era un reclamo del gobierno cubano desde hacía años, y La Habana lo consideraba imprescindible para avanzar en el proceso de normalización de las relaciones bilaterales que ambos países iniciaron a finales de 2014.
Las razones de EE.UU. para mantener durante tantos años a Cuba en la lista eran su presunta acogida a miembros de la organización terrorista vasca ETA y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), además de a algunos fugitivos de la Justicia estadounidense.
Preguntado por el senador republicano Marco Rubio por si, en el caso de que el Congreso estadounidense apruebe el levantamiento del embargo a Cuba y "no ha habido cambios democráticos en la isla", Tillerson aconsejaría a Trump que vetase esa ley, el nominado a secretario de Estado respondió: "Sí, lo haría".
Tillerson subrayó que Estados Unidos "no puede ignorar la ley" y debe ajustarse a lo establecido en medidas como la Ley Helms-Burton, que codificó el embargo en 1996 y estipula que las restricciones económicas deben mantenerse en vigor hasta que Cuba cumpla ciertas condiciones, entre ellas que la familia Castro abandone el poder.
Cualquier modificación de esa base legal sobre la política hacia Cuba "debería hacerla el Congreso", según Tillerson, que se comprometió a aplicar estrictamente la ley.